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La mayoría de los ciudadanos europeos considera que la integración económica de la Unión Europea ha debilitado sus propias economías y en esta línea rechaza más medidas de austeridad para reducir los déficits y la deuda.
Una encuesta publicada hoy por el centro de estudios estadounidense Pew, revela que, lejos de respaldar las aspiraciones de los líderes europeos de crear mayor integración económica en Europa, los ciudadanos no la quieren.
El sondeo, efectuado a 9.108 ciudadanos de ocho países de la UE -cinco de ellos de la eurozona- y de EE.UU. apunta a una evaluación especialmente negativa en Grecia, donde el 70% de los encuestados asegura que la integración económica ha debilitado su economía, seguida de Francia (63%), Italia (61%) y el Reino Unido (61%).
Los ciudadanos españoles están divididos al respecto (50%) y Alemania es el único país donde una mayoría (59%) piensa que la integración ha impulsado la economía nacional.
Pese a la gran preocupación por la deuda nacional, los europeos muestran poco apoyo a la austeridad fiscal.
En cinco de siete países europeos, una clara mayoría considera que el ajuste ha llegado a su límite o ha ido ya demasiado lejos.
En España, 43% de los encuestados considera que la austeridad ha ido más allá de lo deseable y 30% que lo que se ha hecho hasta ahora es suficiente.
Los europeos están divididos sobre los culpables de la crisis: los griegos, italianos, polacos y checos apuntan con el dedo a sus gobiernos, mientras que los franceses y los españoles (78%) responsabilizan a la banca y a otras instituciones financieras.
La mayoría de los ciudadanos muestra su descontento con la dirección económica de sus países, con excepción de los alemanes.
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