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El Índice de Precios al Consumo (IPC) de Estados Unidos ha cerrado el mes de julio en el 0,1%, muy por debajo del 0,5% del mes anterior y del 0,2% que esperaba Wall Street.
La inflación subyacente, que excluye el precio de la energía y los alimentos, se ha mantenido en el 0,2,%, en línea con lo previsto. En tasa interanual, el IPC se ha situado en el 2%, mientras que la subyacente se ha quedado en el 1,7%.
La gasolina, el sector inmobiliario, la ropa y la comida han sido los principales impulsores de los precios, según el Departamento de Trabajo. Sin embargo, el precio de la gasolina ha subido un 1%, muy por debajo del 6,3% que se disparó en junio.
También a las dos y media se ha conocido el dato semanal de peticiones de subsidio al desempleo. Han caído en 15.000, hasta un total de 320.000 en la semana cerrada el pasado 10 de agosto, según los datos presentados por el Departamento de Trabajo, por debajo de las 333.000 peticiones que esperaba el mercado y su nivel más bajo de peticiones desde octubre de 2007.
La media de las últimas cuatro semanas ha caído en 4.000, hasta 332.000, su nivel más bajo desde la Gran Depresión.
Las peticiones continuadas han caído en 54.000, hasta un total de 2,97 millones en la semana cerrada el 3 de agosto.
Por último, se ha publicado el dato de producción de las fábricas de la región de Nueva York (índice Empire State), que se ha situado en 8,2 puntos en agosto, por debajo de los 9,5 de julio, lectura que los analistas esperaban que se mantuviera este mes.
Las lecturas por encima de cero reflejan una expansión de un sector que supone el 6% de la economía de la región del corazón financiero del mundo. Este índice está elaborado por la Reserva Federal de Nueva York y comprende el Estado de Nueva York, el noreste de Nueva Jersey y un condado de Connecticut.
Se congela la producción industrial
La producción industrial de la primera economía del mundo quedo sin cambios en julio tras el frenazo registrado en la actividad manufacturera y los servicios públicos. El dato queda por debajo de la mejora del 0,3% que pronosticaban los analistas de Wall Street y contrasta con la subida del 0,2% registrada en junio.
También ha decepcionado el dato de actividad industrial en la Fed de Filadelfia, que ha desacelerado su ritmo de crecimiento en agosto más de lo previsto. El índice ha caído hasta los 9,3 puntos, desde los 19,8 puntos de julio. El mercado esperaba una lectura de 15,0 puntos. Cualquier lectura por encima de los 50 puntos indica expansión de la actividad.
Desde el mercado inmobiliario han llegado señales más alentadoras. El índice de confianza de los constructores inmobiliarios de EEUU ha escalado en agosto hasta su mejor nivel en ocho años. Ha subido este mes hasta los 59 puntos desde los 56 de julio y frente a una previsión de los expertos de Wall Street que esperaban que se mantuviera sin cambios.
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