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Estados Unidos, Canadá y México comenzarán hoy en Washington las negociaciones para cambiar el Tlcan, una promesa electoral del presidente Donald Trump.
Desde hoy, y durante cuatro días, Washington será la sede de la primera ronda de renegociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Tlcan), un acuerdo que entre México, Canadá y Estados Unidos mueve alrededor de US$2.600 millones diarios, según cifras de la American Chamber México.
Los gobiernos de cada país han señalado los puntos clave con los que llegan a la mesa de diálogos. En el caso de Estados Unidos, uno de sus objetivos es cambiar el capítulo 19 y reemplazarlo con un nuevo mecanismo de resolución de disputas. México buscará una revisión de los sistemas laborales y nuevos métodos para combatir la corrupción, mientras que Canadá ha dicho que busca mejorar las cláusulas medioambientales y laborales. Además, la manera en la que ya está establecido el mecanismo de resolución de disputas es una de las líneas rojas del gobierno de Justin Trudeau.
“Estados Unidos quiere replantear temas arancelarios. México es un gran mercado para los productos agropecuarios de ese país. Además, conocemos que la visión de Trump es poner barreras al comercio de bienes y llevar fábricas que trabajan en México a EE.UU.”, explicó Carlos Ronderos, exministro de Comercio.
Con las negociaciones que arrancan hoy, Trump empieza a cumplir una promesa de su campaña electoral, en la que argumentó que debido al Tlcan no solo se registraba un déficit comercial para su país, sino también la pérdida de empleos.
Para la economía estadounidense, el tratado ha arrojado casi siempre cifras negativas. Solo en el primer año presentó un superávit frente a México y ahora tienen un déficit comercial de US$65.000 millones y con Canadá, de US$10.000 millones.
“Canadá y Estados Unidos han podido conseguir mano de obra barata en México, porque es menos costosa que la de sus países. El acuerdo generó inversión en México, especialmente en empresas de maquila, generadoras de empleo”, agregó el experto Pedro Sarmiento.
Según datos del Center for Economic and Policy Research’s, desde 1994, cuando arrancó la implementación del acuerdo, se han perdido 600.000 puestos de trabajos en Estados Unidos. De estos, según el mismo centro de pensamiento, 350.000 empleos provenían del sector automotor.
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