El millonario 324 de Forbes se convirtió en el presidente 45 de EE.UU.

El presidente electo, hijo de otro poderoso protagonista de las bienes raíces americanas, el también empresario Fred Trump de quien heredó los primeros negocios de la familia y el sello de la Trump Organization, empresa actualmente comandada por el nuevo presidente involucrada en la construcción de casas, apartamentos, hoteles y propiedades de entretenimiento.

Luego de la muerte de su padre en 1999, Trump empezó a comandar por completo el conglomerado de inversiones que tenía la familia con la experiencia ya adquirida por sus propios movimientos en la compra y venta de bienes raíces. Años antes ya había ganado una posición con bastante voz y voto con el retiro profesional de Fred Trump, por lo cual no le fue extraño manejar la batuta de la organización familiar.

Dentro de los pasos más osados pero que representaron el crecimiento de su músculo financiero estuvo la compra de casinos e inversiones en propiedades que superaron los US$700 millones entre 1980 y 1990, año en el que empezó a sufrir problemas por la bancarrota comercial del sector de los bienes raíces y por dedicarse a comprar bonos basura.

Durante 1995 y 2001 su situación empezó a mejorar luego de inaugurar la Trump World Tower y la Trump Tower en Nueva York. Durante este mismo periodo empezó la expansión de los bienes raíces fuera de Estados Unidos en islas del Caribe y países como Panamá y Uruguay con algunos hoteles. Empezó a invertir en otro tipo de mercados. Por ejemplo, fue dueño de cerca del 51% de las acciones de Miss Universe Organization, paquete que vendió a inicios de 2016 a la compañía de entretenimiento WME/IMG por una cifra desconocida.

Lucha por la presidencia

Su carrera en la política se ha limitado a anuncios que no se concretaron hasta hoy, pues en 1988, 2004 y 2012 manifestó su intención de buscar la nominación republicana para llegar a la Casa Blanca, incluso en 2006 y 2014 recalcó la opción de hacerse con la Gobernación del estado de Nueva York.

Su actual campaña empezó con ataques a Barack Obama de quien insinuó que ni siquiera era ciudadano nacido en Estados Unidos. Más tarde, el 16 de junio de 2015 bajo el eslogan “We are going to make our contry great again” (Vamos a hacer a nuestro país grande de nuevo), anunció oficialmente su paso a la precandidatura republicana.

Actualmente, Trump ocupa el puesto número 324 entre los multimillonarios del mundo en Forbes con una fortuna estimada en US$3.700 millones, cifra que ha venido a la baja desde 2013, según la misma publicación.

Esa fortuna fue la sirvió para nutrir con miles de dólares una de las campañas más polémicas de las historia americana, según los reportes de la Comisión Federal de Elecciones el multimillonario invirtió US$71 millones de su bolsillo, cifra que pudo subsanar con US$247 millones recibidos por donaciones de fondos privados.

Según el propio Trump, tan solo 37% quedó en manos del presupuesto de publicidad “la campaña sucia de los medios fue la que más me ayudó a reflejar una imagen fuerte con los estadounidenses” aseguró el magnate a dos días de las elecciones.