El Brexit y empleo fueron los frenos de la Fed para subir los tipos de interés

La votación se celebró apenas una semana después del encuentro de la Fed. El miedo a que los británicos apostaran por el "sí" pesó sobre los responsables de la Reserva Federal, que parecieron adelantarse a los acontecimientos ya que, contra todo pronóstico, la salida de Reino Unido ganó por un pequeño margen frente a los que abogaban por permanecer en la Unión Europea. "Antes de dar otro paso en la política monetaria, es prudente esperar para analizar datos adicionales sobre las consecuencias del voto británico", recogen las minutas.

Tal y como temían los responsables de la Fed, el resultado del Brexit ha generado una fuerte incertidumbre que ha afectado a los mercados de todo el mundo. Aunque los expertos confían en que apenas tenga consecuencias sobre la economía americana, la volatilidad se ha instalado en las bolsas, incluyendo los principales índices de Wall Street

La Reserva Federal tuvo también muy en cuenta la ralentización del crecimiento en el mercado laboral de Estados Unidos. En mayo, apenas se crearon 38.000 puestos de trabajo, el peor nivel desde septiembre de 2010 y muy lejos de las previsiones, que apostaban por más de 160.000 nuevos empleos. La Fed está muy pendiente ahora de las cifras de junio, que se darán a conocer el viernes, para valorar si se trató de un parón puntual o si responde a una nueva fase en el ciclo de crecimiento de Estados Unidos.

Pese a que las minutas de la Fed recogen que se aprecia un crecimiento de la economía global en el segundo trimestre, no se espera una nueva subida de tipos en el encuentro que el banco central celebrará a finales de mes. La incertidumbre internacional generalizada y la cercanía de las elecciones presidenciales desaconsejan nuevos sobresaltos a los mercados, por lo que es probable que solo se produzca un incremento este año, que seguiría al que se aprobó en diciembre de 2015 y que fue el primero en casi una década.

Aunque la decisión de mantener los tipos de interés sin cambios se tomó por unanimidad, las minutas de la reunión de junio vuelven a reflejar una división entre los responsables de la Fed sobre las perspectivas de desarrollo económico y los riesgos sobre la economía. En cualquier caso, el organismo que dirige Janet Yellen decidió rebajar las previsiones de crecimiento del PIB, desde el 2,2% que pronosticaba en marzo al 2%. La tasa de paro se mantendrá en el 4,7%, mientras la inflación se situará en el 1,4%, un 0,2% más de lo previsto, para alcanzar el 1,9% el año que viene y el 2% en 2018. Además, la Fed redujo sus expectativas de incrementos de las tasas a largo plazo, con lo que los tipos se situarían en el 3%, frente al 3,3% estimado en marzo. Según sus cálculos, el precio del dinero quedará en una media del 0,9% este año (en línea con lo previsto en marzo), en el 1,6% en 2017 (frente al 1,9% barajado inicialmente) y en el 2,4% en 2018, por debajo del 3% que se esperaba.