El arriendo es la única opción asequible para 38 de cada 100 colombianos, revela el BID

Alquilar ya no es una opción marginal. 38 de cada 100 colombianos viven en régimen de alquiler, el porcentaje más alto de toda Latinoamérica, donde el promedio es 21%. México y Chile se sitúan en 18% en este indicador, mientras que en el caso de Perú solo 12 de cada 100 ciudadanos recurren a este formato.

Así lo revela el estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) que será expuesto hoy en Medellín. Analiza los datos de Bogotá, Medellín y Cali, en Colombia, pero en total estudió 19 áreas metropolitanas. Para la capital la tasa de arrendamiento es de 38%, mientras que para las otras dos 36%.

El reporte del BID, contempla ciudades de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, El Salvador, Jamaica, México, Perú y Uruguay, incide en el nuevo perfil de arrendatario (joven, inmigrante o divorciado), y en las posibilidades del alquiler como agente que minimizará el déficit habitacional en el país, que bajó de 27% en 2005 a 14,9% en el tercer trimestre de 2013, según datos del Dane y la Gran Encuesta Integrada de Hogares (Geih).

Pero detrás de las bondades se hallan los principales motivos de este ascenso: alto costo de las viviendas y dificultades para acceder a los créditos hipotecarios.

Como explica el presidente de Colpatria, Santiago Perdomo, en los últimos cinco años el crecimiento promedio en este tipo de créditos fue de 20,4%, pero al comparar la profundidad de esos créditos frente al Producto Interno Bruto (PIB) las cifras no son tan halagüeñas: actualmente supone 8% del PIB, pero en 1998 llegó a ser 14%.

“Existen dos problemas fundamentales que dificultan el acceso a créditos. Por un lado, la rigidez de la tasa de interés, que impide actualizar las condiciones cuando pasan los años; por otro lado, la escasez de fondeo. Nosotros no podemos ampliar un crédito a más de 15 años, porque no disponemos de los fondos suficientes”, apunta Perdomo.

Colpatria es el quinto banco con mayor cartera de créditos hipotecarios concedidos a enero de este año: US$1.032 millones en una lista que lidera Bancolombia con US$3.400 millones, según datos de la Superintendencia financiera.

Estas dos características implican que el aspirante a propietario deba tener unos altos ahorros si quiere comprar, concretamente, 30% del valor de la vivienda sobre plano antes de que esta haya finalizado, condiciones a veces inasumibles.

“Se escoge propiedad o alquiler en función de los precios de la vivienda, entre otros factores. Observamos que hay hogares que toman el arriendo porque sencillamiente no pueden comprar”, apunta Andrés Blanco, coautor del informe del BID.

En este sentido, tanto Perdomo como Blanco destacan el singular caso de Colombia dentro de la región, pues en los años 90 el país era el que lideraba el ranking opuesto, el de propiedad de vivienda, al adoptar los bancos de hipotecas subsidiadas.

Ahora, 20 años después, el Gobierno vira hacia el alquiler como método para “eliminar las barreras” que con los años se han impuesto, en palabras del ministro de Vivienda, Luis Felipe Henao Cardona. “La política de vivienda en Colombia ha visto el arrendamiento como una solución transitoria para desplazados o víctimas. Lo que nosotros queremos es que el alquiler se convierta en una alternativa eficiente para eliminar el déficit habitacional”, afirma el ministro. El sector de compra de vivienda tiene hasta cuatro grandes ayudas gubernamentales: el Programa de Vivienda Gratuita, el subsidio a la tasa de interés para Vivienda de Interés Prioritario (VIP) y Vivienda de Interés Social (VIS), el subsidio a la tasa de interés para No VIS, y el Programa de Vivienda para Ahorradores.

Ahora se busca dar un golpe de timón y, sin dejar de construir las 1.200.000 viviendas necesarias para cubrir las necesidades de la población, el ministerio aumentará la partida destinada a ayudas al alquiler, que actualmente se cifran en $200.000 millones anuales. “Vamos a subir la inversión en este aspecto concreto. La cifra a la que aspiramos llegar es 25% del total de la partida que se destine a construcción”, afirma el titular de Vivienda.

Y pese al elevado porcentaje de colombianos que acuden al arriendo, las viviendas que ya están construidas se demoran en encontrar inquilinos, como explica Alejandro Castañeda, presidente de la inmobiliaria Cobra’s, cuya oferta de vivienda en arriendo supone 80% de su cartera total.

“Observamos una saturación en algunos estratos, y los tiempos para arrendar una vivienda se han ampliado a 6 meses, cuando lo normal es que se tarde de tres a dos meses. No se ve atractivo en el arrendamiento de vivienda por legislación, que protege más al arrendatario, y los costos”, apunta Castañeda, que critica la falta de incentivos para fomentar el alquiler.

Tres metodologías combinadas para comparar países
Para calcular sus resultados, el BID recurrió a tres metodologías, tal y como explica Andrés Blanco, coautor del informe.

La primera, de orden cuantitativo estadístico descriptivo, evaluó a 18 países en la región y 81 en el mundo, proceso tras el cual se procedió a un análisis econométricos sobre 6 países de América Latina, lo que permitió determinar la tasa de arriendo en cada Estado.

La última lista de cálculos se obtuvo a través de un análisis cualitativo en el que se estudiaron datos censales en la región pertenecientes a la base de datos del BID que armoniza las encuestas de hogares en cada país, lo que reflejó el alto porcentaje de Colombia en arriendos, superior al promedio de la región.

Las opiniones

Andrés Blanco
Coautor del informe del Banco Interamericano de Desarrollo
“La propiedad en Colombia empieza a decrecer en los años 90, antes que en el resto de países. Hay ciclos, pero también vemos que hay gente que si no compra es porque no puede”.

Santiago Perdómo
Presidente de Colpatria
“Existe un problema estructural desde el punto de vista crediticio por rigidez de la tasa. Las condiciones deberían adaptarse cada cinco años, se estimularía la competencia”.

Luis Felipe Henao Cardona
Ministro de Vivienda
“Aumentaremos hasta 25% las ayudas al alquiler, y estudiaremos instrumentos financieros, como incentivos hipotecarios, para generar barrios integrados”.