Apenas unos días después de que UBS AG anunciara en octubre que pondría orden en su negocio de intermediación de renta fija, tres altos ejecutivos del banco suizo renunciaron para lanzar una firma enfocada en el mercado que los grandes bancos ya no pueden atacar.
El fondo, llamado Melody Capital Partners, está recaudando alrededor de US$750 millones para ofrecer préstamos o comprar deuda de compañías o entidades con malos o ningún antecedente crediticio. A menudo los prestatarios están en problemas financieros y los acuerdos tienden a serles esquivos.
Por ejemplo, Melody recientemente ofreció un crédito por decenas de millones de dólares a un fondo privado de activos que deseaba comprar más acciones de una compañía en la que ya tenía participación, pero tenía todo su capital enfocado en otras inversiones.
Melody también busca compañías ansiosas de conseguir financiamiento, que cuentan con garantías para préstamos eventualmente incobrables en sectores que van desde las telecomunicaciones a los bienes raíces.
Tiempo atrás, este tipo de transacciones lucrativas y riesgosas hincharon las ganancias de los bancos de Wall Street como UBS, Goldman Sachs Group Inc y Deutsche Bank AG .
Pero cinco años después de que el colapso de Lehman Brothers desatara una crisis hipotecaria que ocasionó un pánico general, los bancos están recortando de sus hojas de balance los márgenes del mercado crediticio y los riesgos se posan con mayor frecuencia en los prestamistas poco regulados, que integran un sector "en las sombras" de 60 billones de dólares.
Fragmentada y turbia, la banca no tradicional puede aparecer en varias formas, desde préstamos a partir de salarios, sitios web de financiamiento colectivo, fondos de mercado de dinero y acuerdos de recompra en Wall Street.
Los reguladores bancarios tradicionalmente prestan poca atención al asunto, pero cuando Lehman colapsó, la banca informal intensificó el caos: los mercados de dinero y de recompras se habían inflado y los bancos de inversión y las grandes corporaciones enfrentaban problemas para financiarse.
El sector financiero, que había pasado años intentando evitar la regulación, empezó a rogar por rescates de los gobiernos.
Escasa regulación
Las autoridades reconocen que deben controlar al sector bancario informal al igual que reformaron al sistema financiero. Pero sus avances en ese frente se han estancado, mientras que la regulación del sector bancario convencional se ha acelerado rápidamente.
Reguladores, ejecutivos de bancos y académicos dicen que el control cada vez más férreo sobre los grandes prestamistas podría estar alentando el crecimiento del sector financiero informal, lo que a su vez estaría preparando el escenario para la próxima gran crisis.
"No hemos hecho todo lo que deberíamos para resolver esto", dijo el ex secretario del Tesoro estadounidense Henry Paulson, que recientemente reeditó su libro del 2011 "On the Brink" ("Al borde") con un nuevo prólogo, que entre otras cosas se refiere a los riesgos de la banca informal.
"No le estoy restando importancia a la idea de que un banco es demasiado grande para caer o a los desafíos de estos grandes prestamistas", sostuvo Paulson a Reuters. "Pero aunque creo que hemos avanzado en este aspecto, no lo hemos hecho cuando se trata de lidiar con algunos asuntos estructurarles de los mercados financieros", comentó.
Pese a que nadie puede detectar con total certeza el factor que determinará una futura crisis, recae una gran preocupación en el hecho de que una parte del sector bancario informal pueda abultarse y contaminar a enormes áreas del sistema.
No sólo se producirían turbulencias, sino que éstas serían difíciles de contener si los reguladores no pueden dominar el aumento descontrolado de los riesgos.
Proliferación
Las partes más riesgosas del sistema bancario informal todavía podrían ser demasiado pequeñas y difusas como para generar riesgos sistémicos.
Los reguladores planean recabar datos sobre los segmentos menos transparentes de los mercados financieros, además de implementar reglas más severas sobre áreas como fondos crediticios, fondos cotizados en bolsa, fondos de cobertura o fondos privados de acciones, proveedores de seguros de créditos, operadores de valores y compañías financieras.
Algunos segmentos de la banca informal ya han comenzado a reducirse. Por ejemplo, el tamaño del mercado estadounidense de acuerdos de recompra se ha retraído un 3 % a US$1,65 billones desde el 2010.
Fannie Mae y Freddie Mac, los gigantes del financiamiento hipotecario controlados por el Gobierno estadounidense a los que casi se les han devuelto el 90% de sus créditos por viviendas, también han reducido sus hojas de balance, tal como dictan los términos de su rescate en la crisis financiera.
Todavía no existe un proyecto claro, sin embargo, para un reemplazo a futuro.
Joseph Abate, estratega de mercado de dinero en Barclays, dijo que espera que los grandes bancos informales disminuyan aún más debido a las nuevas regulaciones previstas.
"Si hablas con los reguladores, ellos tienden a reconocer que el sistema es más seguro, pero podría serlo incluso más", dijo Abate. "Si conversas con la industria, tendrías la idea de que se ha hecho lo suficiente", sostuvo.
Pero mientras algunas áreas se reducen, otras están creciendo. Por ejemplo, el mercado de obligaciones de deudas con respaldo colateral (CLO por sus siglas en inglés) está en vías de crecer al doble en el 2013 respecto del año pasado, con ventas por US$51.200 millones en lo que va del año.
El tamaño preciso y el número de fondos de crédito de mediana envergadura como Melody Capital Partners es difícil de estimar, pero recientemente se han lanzado muchas de estas firmas.
Prospect Capital Corp, que realiza préstamos de un rango de US$5 millones a US$100 millones a compañías de mediano tamaño, ha crecido en activos a casi US$4.500 millones en el 2013, desde cerca de US$500 millones en junio del 2008.
"Prospect y otros prestamistas están creciendo a expensas de los bancos por razones regulatorias que no se espera que desaparezcan en los próximos años, dijo Grier Eliasek, presidente de la firma