China y Estados Unidos están negociando un nuevo acuerdo comercial

Después del anunció del presidente Donald Trump sobre el fortalecimiento de las relaciones entre China y Estados Unidos, los equipos negociadores de cada país están empezando a concretar un nuevo acuerdo. El diario The Wall Street Journal informó que existe un leve clima de optimismo para reducir las tensiones comerciales.

Las medidas buscan disminuir las regulaciones que obstaculizan el ejercicio comercial de las empresas nortamericanas en Asia. El presidente Donald Trump publicó un trino en el que afirmó que sostuvo una "larga y amena" conversación con su homólogo chino Xi Jinping. El mandatario estadounidense dijo que se habían hecho "grandes progresos" en las conversaciones.

Estados Unidos y China están adelantando un tratado comercial para reducir las imposiciones arancelarias entre las dos naciones. Esta iniciativa surgió en la cumbre del G20 que se celebró en Buenos Aires. Después de un almuerzo, las dos naciones pactaron una tregua arancelaria hasta el primero de marzo.

Mientras se cumple este término, los equipos negociadores avanzan considerablemente. "El trato avanza muy bien", escribió el presidente Trump en Twitter, "si se hace, será muy completo, cubriendo todos los temas, áreas y puntos de disputa".

Sin embargo, el diario The Wall Street Journal reportó que el optimismo no es generalizado dentro de la Casa Blanca, incluso afirmaron que "el presidente podría estar exagerando". Fuentes cercanas a ese diario señalaron que "el señor Trump ha buscado calmar los mercados, que han girado en los últimos días, en parte, debido a la preocupación de que la lucha comercial entre Estados Unidos y China podría salirse de control".

Según The Wall Street Journal, se espera que un equipo de funcionarios de Estados Unidos acuda a Pekín durante la semana del 7 de enero. Si esas negociaciones progresan, los funcionarios comerciales chinos, encabezados por el viceprimer ministro Liu He, continuarán con las conversaciones en Washington la semana siguiente. El grupo asiático negociaría directamente con el Representante de Comercio de los Estados Unidos, Robert Lighthizer, y el Secretario del Tesoro de los Estados Unidos, Steven Mnuchin.

¿Cómo está planteada la situación arancelaria?

Durante la administración de Donald Trump se establecieron impuestos a muchos productos chinos que ingresen a Estados Unidos. El monto de esos impuestos asciende a US$ 200.000 millones. Si no se logra nada durante la tregua, los aranceles aumentarán a 25% desde el 2 de marzo.

El problema de estas medidas es que gran parte de la industria estadounidense depende de maquinaria, combustible y productos chinos para funcionar. La oferta de estos podría verse afectada si se siguen manteniendo estas altas tasas arancelarias.

Por los lados de China, las medidas podrían profundizar una desaceleración en su economía, afectando el crecimiento mundial del comercio.

¿Qué se está negociando?

Desde el 1 de diciembre en Buenos Aires Trump y Xi han estudiado una serie de iniciativas comerciales que incluyen una suspensión temporal de los aranceles sobre autos fabricados en Estados Unidos, las compras de soja o la compra de distintos productos agrícolas.

Otro de los puntos que se ha tocado es que China modernice sus las políticas industriales, debido a que estas perjudican el ejercicio de las empresas extranjeras.

En las mesa se están discutiendo dos nuevas propuestas. La primera de ellas es que se toman medidas contra los funcionarios chinos que presionan a las empresas estadounidenses para que transfieran tecnología a sus socios chinos. La segunda es que Beijing proponga que las empresas extranjeras tengan un mayor acceso a los servicios financieros y otros sectores solicitados.

Esto no es nada nuevo para el país asiático, porque en el pasado ha realizado propuestas parecidas. El diario The Wall Street Journal explicó que los negociadores estadounidenses están presionando al Gobierno chino para que explique en detalle cómo realizará estas modificaciones a su sistema. China no ha dado detalle alguno de cómo cumpliría estas promesas.

Las políticas que más critica Estados Unidos son las que les permiten a las autoridades chinas suspender licencias ambientales, limitar el uso de la tierra o limitar una actividad comercial porque vulnera el medio ambiente. Los medios internacionales han reportado que "Washington también quiere asegurarse de que las empresas estadounidenses se beneficien rápidamente y que las aprobaciones no se extiendan durante años".

En el terreno de las exportaciones, Estados Unidos le exigió a China que debe comprar más de US$1.2 billones adicionales en bienes y servicios norteamericanos. Según reportó el Departamento de Estado, durante el 2017 el país americano exportó US$ 188 mil millones en bienes y servicios a Beijing y registraron un déficit de US$336.000 millones en el comercio total.

Las exportaciones adicionales provendrían de lo que China pronostica como un enorme aumento en las importaciones chinas de servicios a nivel mundial: US$2.5 billones en cinco años, según estimaciones del Ministerio de Comercio de China.

Los negociadores estadounidenses también están presionando a China para que alivie las restricciones a las importaciones agrícolas, lo que podría allanar el camino para que los agricultores estadounidenses expandan rápidamente las exportaciones de maíz y otros productos básicos.

Las dos partes están discutiendo abrir el vasto mercado de arroz de China a las importaciones de Estados Unidos. Estados Unidos vendió menos de USS$2 millones en arroz a China el año pasado.