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Larsson, quien reveló por primera vez su visión para la compañía después de tomar las riendas el año pasado, eliminará tres capas gerenciales, recortará 1.000 empleos y cerrará tiendas como parte de su plan “Way Forward”.
Los costos de reestructuración ascenderán a más de US$400 millones, dijo la compañía. Además, se reenfocarán en sus tres principales marcas: Ralph Lauren, Polo y Lauren.
La compañía con sede en Nueva York, enfrentada a una desaceleración del sector y a un cliente que envejece, está renovando sus operaciones para revertir la debilidad de sus ganancias.
El plan de Larsson de revitalizar a Ralph Lauren generará ahorros en sus costos por US$180 millones a US$220 millones anualmente.
Otro reto para este CEO es volver a hacer atractiva la marca: Está apoyándose en su experiencia con Old Navy y H&M para acelerar la cadena de suministro y conectarse con clientes más jóvenes.
“Vemos un camino claro para aprovechar el potencial y masivamente dirigir la marca a un crecimiento fortalecido y un incremento en ventas rentables. Aunque tomará tiempo”, dijo Larsson durante la presentación.
Las acciones de Ralph Lauren bajaron en Nueva York a US$ 86.25 después del anuncio, marcando la mayor caída intradía en cuatro meses. La acción ya estaba 14% más baja este año hasta el cierre del lunes, dañada por el miedo de los inversores a que la compañía esté sumida en una depresión a largo plazo.
La planta permitirá ahorra 1.000 toneladas de dióxido de carbono al año, además va orientado al proyecto de poner en funcionamiento 30 generadoras de este tipo, en 2026
Sigue la polémica por supuestas irregularidades en los estados financieros de la institución, además de otras denuncias que alegan presuntos despidos masivos