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La notificación de violación se hace de forma conjunta con la Carb, (California Air Resources Board) y afectaría a los modelos Jeep Grand Cherokee y Dodge RAM 1500. La EPA y la Carb acusan a FCA tras detectar “la presencia de un número de dispositivos auxiliares de control de emisiones en los modelos con motor diésel 3.0 de los Jeep Gran Cherokee y las pick up RAM de los años 2014 y 2016”.
La EPA es la misma agencia que notificó a Volkswagen la manipulación de sus vehículos diésel que, hasta este viernes, le han costado en Norteamérica ya US$23.000 millones. Según las autoridades californianas, FCA “no reveló estos dispositivos, que en algunos casos aumentan significativamente las emisiones de óxido de nitrógeno”.
Los vehículos afectados según los dos organismos serían 104.000 en todo el país, 14.000 de ellos en California. La notificación se ha enviado a FCA US, pero también a Fiat Chrysler Automobiles N.V., and Chrysler Group LLC. El envío de la notificación ha provocado la suspensión de la cotización de FCA en la Bolsa de Nueva York. Las acciones de FCA en Milán se desplomaron un 16% por debajo de los nueve euros.
Con motivo del escándalo del dieselgate aparecido en septiembre de 2015, tanto la EPA como la Carb notificaron el 25 de septiembre de 2015 a todas las compañías fabricantes de automóviles que vendieran vehículos diésel en EE.UU. que se enfrentarían “a pruebas de emisiones ampliadas como parte del Programa de Cumplimiento en Uso de ARB, que incluye procedimientos de prueba modificados en el laboratorio y pruebas de emisiones al automóvil. Además de los ciclos de prueba de certificación”.
Según la EPA y la Carb las irregularidades notificadas a FCA se conocieron en estos análisis. FCA afirmó en un comunicado que está “en desacuerdo” con la notificación de la EPA y la Carb y que “todos sus vehículos diésel cumplen con todas las normas regulatorias”.
“Una vez más, un fabricante de automóviles no ha cumplido con sus obligaciones legales para la certificación de vehículos y ha sido pillado”, dijo la presidenta del Carb, Mary D. Nichols. “El Carb y la EPA se comprometieron a mejorar las pruebas a raíz del caso Volkswagen, y esto es un resultado de esa colaboración”.
“Las acciones de la FCA han creado excesos sustanciales, ilegales y emisiones y daños continuos que han impactado y continúan afectando la salud pública y el medio ambiente en California”, afirmó. Las dos organizaciones advierten de que han encontrado en los vehículos lo que llaman elementos auxiliares de control de emisiones.
“No pertenecemos a esa clase de criminales”
La FCA ha negado las acusaciones de la EPA. “No hemos hecho nada ilegal”, dijo Sergio Marchionne, consejero delegado de FCA. “Nunca hubo intención de crear condiciones que estuvieran diseñadas para manipular los test de emisiones”. Además fue muy contundente al afirmar que “no hay un tipo en esta empresa que intente algo tan estúpido como (hacer trampa en las pruebas de diésel) ... No pertenecemos a esa clase de criminales”, explicó, en una clara alusión al caso Volkswagen, que llegó a un acuerdo de culpabilidad.
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