Corea se muestra como la salvación

Las buenas perspectivas que hay actualmente para la economía colombiana, generadas por las negociaciones de Tratados de Libre Comercio (TLC) con la Unión Europea (UE) y con Corea del Sur, y por la firma reciente de acuerdos con Estados Unidos y Canadá, el sector minero se está quedando rezagado debido a la falta de obras de infraestructura que le permitan ser más competitivo para enfrentar estos retos comerciales.

Colombia padece de un atraso en obras de infraestructura. Problemas viales, férreos e incluso en algunos puertos, que ya se están quedando pequeños para la creciente oferta de exportaciones.

Corea del Sur está interesada en ofrecer apoyo al desarrollo minero, principalmente del carbón de la zona central del país y al mejoramiento de la infraestructura necesaria para llevarlo hasta los puertos de la costa norte. Varias compañías de ese país quieren apoyar la construcción del puerto de aguas profundas de Barranquilla y del tren del Carare.

Según datos de la Sociedad Portuaria Regional de Cartagena, el mejoramiento de la infraestructura reducirá los costos de fletes que están pagando actualmente los exportadores. A comienzos de 2012, el transporte de un contenedor de 40 pies y 20 toneladas de Bogotá a Cartagena costaba unos US$3.200, mientras que llevarlo de Cartagena a Shanghai valía US$1.200.

Por otro lado, la Sociedad Portuaria Regional de Santa Marta estima que para 2019 la producción de carbón deberá llegar a 152 millones de toneladas (Mt), pero debido a la falta de infraestructura para su exportación solo se podrán sacar 127Mt, es decir, habrá un déficit en la capacidad de exportación de 25Mt.

Según el  embajador de Corea Choo Jong-Youn, el acuerdo económico con Colombia se firmaría en el primer semestre del 2013. Esa firma sería la gran puerta al futuro para el sector minero, pues además de optimizar la explotación de carbón  y tener como exportarlo, contará con la experiencia milenaria de un país que sabe cómo hacer bien las cosas.

Ahora debe ser una prioridad para el Gobierno solucionar la crisis de infraestructura, pues en medio del interés que tiene de  abrir mercados al resto el mundo, es algo que debió resolver, incluso antes de pensar en avanzar con las negociaciones en las que está enfrascado actualmente.