Propuesta de Angelino Garzón, una mala señal a los mercados

En los últimos 60 años de historia, Colombia nunca ha dejado de pagar sus deudas en el exterior con ninguno de sus acreedores. Ante esto, la petición del vicepresidente de la República, Angelino Garzón, de condonar la deuda externa del país, es una mala señal para los mercados.

Sin embargo, su peso ante las calificadoras sería mínimo por el historial de cumplimiento que la economía ha tenido.

Una exótica petición del vicepresidente Garzón en Brasil, ante cerca de 10.000 delegados de 80 países que asisten al Foro Mundial de Derechos Humanos, causó polémica. El funcionario solicitó a las “grandes potencias mundiales” que condonen la deuda externa colombiana para invertir estos recursos en la reparación a las víctimas del conflicto armado. Para algunos expertos, este es otro pronunciamiento populista. El expresidente de Fasecolda y exministro de Hacienda, Roberto Junguito, señaló que “esas son las peticiones políticas que oímos siempre de los grandes próceres”.

La deuda externa colombiana ascendió a US$83.888 millones a junio de este año, es decir 21,6% del Producto Interno Bruto (PIB). De esta cifra, US$46.544 millones, que representa 55,4% del total, corresponde a las acreencias del sector público.

El país tiene su mayor deuda con el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (Bird), una institución del Banco Mundial con la que tiene compromisos por US$7.554 millones. La Nación tiene deudas con entidades de Estados Unidos, Alemania, España y Canadá, cuyo monto total asciende a US$ 2.967 millones.

Erich Arispe, director del equipo de soberanos para América Latina de Fitch Ratings, señaló que Colombia tiene un récord de no caer en una cesación de pagos pese a las duras situaciones económicas y políticas por las que ha pasado en los últimos años.

De por sí, el país fue uno de los únicos que continuó haciendo los pagos a sus acreedores durante la crisis de la deuda. En la década de los 80, México, Argentina, Venezuela, Brasil y Perú cayeron en el impago debido al cambio del contexto internacional marcador por la apreciación del dólar y el debilitamiento de los precios del petróleo y otros commodities.

Luis Fernando Mejía, director de política macroeconómica del Ministerio de Hacienda, señaló que ahora el país va en camino hacia la consolidación fiscal. “Esto es lo que nos ha permitido alzas sostenidas en la calificación de nuestra deuda”.

El aumento de la calificación crediticia, que tiene en cuenta, entre otros factores, el pago de la deuda externa, el crecimiento de la economía, la credibilidad institucional y la competitividad del país, reduce la tasa de interés que debe pagar el Gobierno por sus deudas, lo que se transmite a las tasas de interés que pagan todos los colombianos. Colombia volvió al grado de inversión en 2011, luego de 12 años de no tenerlo, gracias al manejo fiscal.

Arispe resaltó que Fitch subió la calificación de riesgo soberano de Colombia a ‘BBB’ la semana pasada e indicó que no ve la necesidad de una condonación, ya que “la deuda en sí no representa una presión para las cuentas fiscales colombianas y la capacidad de pago en los términos pactados se viene viendo favorecida por los inversionistas”.

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (Ocde) en su informe sobre la economía colombiana de este año resalta que el “bajo nivel de deuda pública y el aumento de los ingresos fiscales relacionados con el auge de los productos básicos crean un determinado grado de libertad a corto y mediano plazo”.

Pese a que la propuesta de Garzón podría dar señales de que el país no tiene la solidez para continuar pagando sus deudas, el historial crediticio prima ante los organismos multilaterales.

“La petición no tiene posibilidad alguna de éxito”
El exministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, aseguró que la petición del vicepresidente Garzón “no tiene posibilidad alguna de éxito”. Indicó que el único precedente de una condonación de deuda por organismos multilaterales fue el de la iniciativa para los países pobres altamente endeudados y “Colombia ni es un país pobre ni es altamente endeudado”, por lo que no vale la pena pedir una reducción de las deudas privadas. Agregó que el esfuerzo por la paz lo pagarán todos los colombianos y podrá haber ayuda internacional pero en temas específicos.

Las opiniones

Erich Arispe
Dir. del equipo de soberanos de Fitch Ratings
“La deuda no representa una presión para las cuentas fiscales y la capacidad de pago en los términos pactados es favorable”.

Luis Fernando Mejía
Dir de política macroeconómica del Minhacienda
“El país va en camino hacia la consolidación fiscal y una reducción de la deuda. Esto es lo que nos ha permitido alzas en la calificación crediticia”.