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Cinco graves paros en 2012 y 2013 le pasaron al país una cuenta de cobro que, según los cálculos de la Asociación Nacional de Instituciones Financieras (Anif), es cercana a los $900.000 millones. Pero el mayor costo, uno que no es cuantificable, es la pérdida de institucionalidad.
Para Sergio Clavijo, presidente del gremio, el buen momento fiscal no puede ser amenazado por las vías de hecho de sectores como el cafetero, entre otros. El país no puede darse el lujo de repetir esa historia y de perder recursos que, según el informe ‘Costo económico de los paros y descarrilamiento institucional de Colombia’, es como si la Nación hubiera hecho paro un día completo.
¿Qué lección deja el costo de $900.000 millones en paros?
El mensaje de fondo es que el buen momento fiscal por el cual atraviesa Colombia no puede ser amenazado por las vías de hecho de sectores tan cruciales como los del carbón, la justicia, el cafetero y el universitario; luego enfrentar esta difícil coyuntura, en medio de los diálogos de paz, va a exigir mucha ponderación, sindéresis y buen gobierno, evitando el populismo de los subsidios y las dádivas a los dirigentes regionales, ad portas de un complicado año reelectoral.
¿Al Gobierno se le fue la mano “premiando” a quienes hicieron los paros?
Yo considero que si bien los problemas sectoriales tienen sus particularidades, en la solución de todos ellos el gobierno debe hacer respetar la institucionalidad. En el caso cafetero el liderazgo le correspondía a una institución como Federecafé. Infortunadamente, ella a traviesa por un delicado momento de crisis interna, generando falta de credibilidad y resultados económicos favorables. Pero no le corresponde al gobierno usar su presupuesto para dar la señal de que la sostenibilidad del sector dependerá sobre cuán generosos son sus subsidios al eco de las protestas, seguramente azuzadas por políticos regionales en campaña.
¿Cuál hubiera sido la mejor solución?
Si los problemas allí son estructurales, pues las soluciones deben implicar mejor dotación de bienes públicos, donde curiosamente la infraestructura es de las más precarias y donde ellas resultan fundamentales para salir del centro del país hacia las costas. Igual ocurre con el sector justicia, donde el desmanejo ha sido el más protuberante.
¿La situación empeorará con los TLC?
En este frente la reciente actitud del Ministro de Hacienda ha sido valiente y todos debemos apoyarla. Mauricio Cárdenas ha dicho que el cupo presupuestal se agotó, tras las dádivas ofrecidas en los paros antes comentados y que le corresponde al sector privado cafetero hacer sus esfuerzos para volverse más productivo y competir a nivel global. En este frente la “apertura comercial” ocurrió en 1993, con el colapso del pacto de cuotas; estamos en 2013, 20 años después Colombia ha bajado su productividad y producción de los 14 millones hacia 8 millones, algo está fallando de forma grave en ese sector y poco o nada se le puede achacar a los recientes TLC. El otro mensaje que compartimos del Ministro es que flaco favor hacen los analistas y empresarios miopes al creer que la solución es volver a cerrar la economía, poniendo cuotas y elevando aranceles.
¿Cuál debe ser entonces la respuesta a estos problemas?
Consideramos que la respuestas constructiva es acelerar la dotación de infraestructura e impulsar reformas estructurales que permitan flexibilizar un mercado laboral costoso. Si bien la reforma tributaria (Ley 1607 de 2012) permitirá reducir los parafiscales en 13,5%, en 2013 tan solo se estarán reduciendo 5%, lo cual implica que todavía gravitan sobrecostos no salariales del orden del 55%. Todo ello deja un costo de salario mínimo bordeando cerca de $1,1 millones al mes, cifra que duplica el salario medio de Asia; así es difícil competir globalmente.
La historia de las movilizaciones se repite en el país
El presidente de Anif, Sergio Clavijo, afirmó que el manejo del paro del Catatumbo “me recuerda, infortunadamente, lo ocurrido con los del Vichada en 1995-1997, donde frente a los éxitos en el control de la producción de la coca, el Gobierno terminó cediendo ante las vías de hecho y el resultado fueron paros escalonados a nivel nacional. En esa época el Gobierno irresponsablemente se comprometió a reajustes salariales, especialmente para los educadores, que tuvieron que ser pagados por los gobiernos siguientes, contribuyendo a descalabros fiscales, que le han tomado cerca de 10 años superarlos”. Las inversiones en el Catatumbo superan los $2 billones, la mayoría en ejecución en infraestructura, agro, salud, educación y otros sectores.
Las opiniones
Francisco Estupiñán
Ministro de Agricultura
“Dignidad Cafetera está dispuesta a continuar trabajando antes de entrar en paro. Con la
Angelino Garzón
Vicepresidente de la República
“Queremos que de cara a la ciudadanía, el pueblo de Colombia pueda evaluar claramente qué está cumpliendo el Gobierno y qué no del acuerdo cafetero”.
La actividad se realizará en conjunto con la operación El Martillo del Banco Popular. Se desarrollará entre durante esta semana
De acuerdo con la compañía, 85% de las vinculaciones correspondió a mano de obra local, donde la firma realiza sus operaciones
El documento busca modificar el Manual Tarifario con el que se cobran y se pagan, entre otros, los procedimientos médicos y servicios
