Para programas de fomento y calidad se destina 0,92% del presupuesto anual en educación

El anunció que hicieron los profesores organizados en la Federación Colombiana de Trabajadores de la Educación (Fecode) de que el próximo 21 de enero irán a paro por 24 horas generó zozobra en el sector educativo, al recordar el cese de 37 días y la firma de acuerdos con Mineducación del año pasado.

Las principales quejas giran en torno al cubrimiento en salud y al incumplimiento de lo pactado cuando se levantó el paro del año pasado, aunque la Ministra de Educación, Yaneth Giha Tovar, sostuvo que “el paro es inadmisible”, pues la cartera de educación ha ido cumpliendo los acuerdos, y hasta el momento se han implementado ocho de los 24 puntos convenidos en junio del año pasado.

El rubro destinado para educación conforme al Presupuesto General de la Nación de 2018 es de $35,4 billones, $1,8 billones por encima de los recursos que se tenían en las cuentas del año pasado. Para el funcionamiento del sistema se tiene estipulado 93% de la suma, y lo restante ($2,36 billones), es capital para inversión.

Los programas que desarrolla la cartera en torno a calidad de educación primaria, media y básica le cuestan al Gobierno $276.000 millones, y para labores de fomento y calidad de la educación superior se destinan $52.500 millones. En conjunto, esto solo representa 0,92% de los recursos que se disponen al año en el sector.

Según esto, se invierte 2,5 veces más en Alimentación Escolar ($843.000 millones), y más del doble de recursos en infraestructura del sector ($497.000 millones) que en programas que aseguren la calidad de la educación.
Para el rector de la Universidad del Rosario, José Manuel Restrepo, el problema no está en que se inviertan recursos en programas sociales, sino en la revisión que se hace sobre indicadores de impacto en el sistema educativo colombiano.

“Hay una realidad de los sistemas presupuestales del país que se ha venido construyendo a lo largo de los años en la que se viene replicando con un par de aumentos, pero sin modificar a fondo el sistema. La preocupación está en la cobertura y en aumentar el número de maestros, pero lo que el presupuesto merece es una revisión sobre la eficiencia en gasto, ligada a impactos que determinen hacia donde debe ir la inversión”, comentó el académico.

Las garantías en salud y bienestar de los trabajadores de Fecode continúan siendo el centro de la discusión que motiva el nuevo paro de educadores.
La ministra de Educación dijo que en octubre del año pasado se adjudicaron los contratos a los nuevos prestadores de salud para ocho de las 10 regiones, y actualmente ya están listas todas las zonas, pero la agremiación señala que aunque se hizo una nueva contratación para mejorar la salud, el servicio y la cobertura que se presta a los profesores es insuficiente.

Los beneficios en salud, pensión y cesantías que reciben los profesores se gestionan a través del Fondo Nacional de Prestaciones Sociales del Magisterio (Fomag). Para este año, la cartera destinó $8,48 billones, $1,24 billones más que en 2017, para el pago de cesantías de 358.993 docentes, 225.395 pensiones, cada una en promedio de $2,10 millones al mes, a las que destina $6,32 billones.

Para el caso de la salud de 937.194 personas, entre las que se cuentan 458.514 docentes afiliados y 478.680 beneficiarios, el Fomag tiene presupuestados $1,53 billones, 4,32% del presupuesto en educación.

La cuenta destino de la mayor parte del presupuesto es el Sistema General de Participaciones, los recursos que por región se asignan a diferentes entidades, dentro de esto se contempla el costo per capita por estudiante y docente en Colombia; para 2018 por docente se tienen destinado $42,3 millones, $300.000 pesos más que lo que se aportaba el año pasado.