Su pueblo conmemora hoy el undécimo aniversario de la masacre de 119 lugareños a manos de las Farc.
Para salir adelante, Machado, elegido el mejor alcalde del Chocó de 2012, pide una carretera y electricidad. Cuenta con un presupuesto raquítico para un municipio asediado por el conflicto y maniatado por un déficit gigantesco que la corrupción engordó. Con los ríos como única vía de comunicación, Bojayá está conformado por trece comunidades afros y 33 indígenas muy pobres y dispersas.
¿De dónde viene la deuda?
Es un municipio muy embargado por tutelas por cesantías que vienen de administraciones pasadas. Estoy luchando para ponerlo al día; eso tampoco nos ha permitido desarrollarnos. Son $30.000 millones y el presupuesto de este año era de $2.800 millones, pero por el premio me dieron $1.360 millones adicionales.
Hay quejas porque después del ataque del 2 de mayo de 2002, las ayudas solo llegaron a la cabecera municipal
Hay comunidades que se desplazaron ocho años y cuando volvieron a las veredas las encontraron destruidas y el Estado no contempló nada para ellos. Ahora vienen con auxilios de $1,4 millones para la gente en materiales para casas y eso no cumple con las necesidades. Si entregan la plata al municipio, yo hago una comunidad, después la otra. Si no, es darle un poco a cada uno pero seguimos en las mismas.
Antes los habitantes del centro urbano pescaban y cultivaba, ¿Por qué ahora no lo hacen?
La gente quedó con temor después de la guerra, no sale ni a cultivar ni a la pesca, viven del rebusque en la cabecera municipal.
¿Pero no hay nada?
Nada. Lo poco que pueda hacer en la alcaldía y es insuficiente porque la población es grande y los recursos escasos.
Los pueblos vecinos dicen que Bojayá ya recibió mucho
Nosotros odiamos que nos tengan como unos mendigos, hemos sido un municipio en el que la gente está acostumbrada a sostenerse trabajando. La ayuda que han dado a Bojayá es muy mínima. No ha llegado un programa a fondo, solo pañitos de agua tibia. Y nos quedaron muchas obras inconclusas y otras mal construidas. Cuando llueve nadie puede andar, en mi oficina no hay dónde sentarse, cae agua, lo hicieron con la cultura de otras partes, aquí llueve mucho.
¿Qué necesitarían con urgencia?
El tema que más preocupa es la interconexión eléctrica porque las industrias se mueven con la energía y no podemos desarrollar nada con una planta solo de seis a once de la noche. Y es anti económico el combustible que gasta, se come casi $2 millones todos los días. Al año nos dan $1.300 millones de subsidio para combustible; con la interconexión puede que el Estado haga un gasto grande, pero es definitivo.
¿Cómo recuperar la agricultura?
Necesito una carretera de aquí a la vereda de La Loma, donde me quedan terrenos libres para cultivar, más de 30.000 hectáreas. Esos 17 kilómetros nos van a permitir mejorar la economía. Que nos hagan la vía y la interconexión antes de una inversión como Familias en Acción, que no es solución, es poner a la gente a ser más pobre. No queremos que nos den limosnas, estamos en capacidad de producir.
La guerra les cambió todo
Nos cambió la vida y hoy el municipio nos encontramos en una jaula. La gente de la cabecera municipal no volvió a ningún corregimiento, como era costumbre, por temor a encontrarse con quienes nos causaron el daño. Y Bojayá únicamente cuenta con fuerza pública en la cabecera.
¿Tiene esperanzas en el proceso de La Habana?
El pueblo desea que haya paz pero no confía en el proceso. Desde aquí mando un mensaje a todos los involucrados en el conflicto: por favor, ya es hora que nos dejen vivir en paz. Hemos puesto demasiadas víctimas y ya no tenemos para poner más. Bojayá tenía casi 19.000 habitantes. Después de las dos tomas, la población se fue desplazando y hay 8.000 que no volvieron. Están pasando trabajos en algunas ciudades pero prefieren no venir y tampoco hay oportunidades; entonces la gente, ¿a qué viene?
