En Colombia 7.843 desmovilizados tienen un empleo formal

Llegó a Pereira desde Putumayo y se sorprendió con los centros comerciales, vio por primera vez unas escaleras eléctricas, fue a cine, y se sintió a gusto con su nueva vida. Pero le faltaba empleo y a diario se preguntaba cómo ganarse la vida sin volver al monte, hasta que una empresa de confecciones de uniformes industriales y para colegios le abrió las puertas.

“Al principio fue duro. Yo no sabía nada de la ciudad, ni de sus calles. Pero me dieron la oportunidad y pude salir adelante”, cuenta Manuel, que gracias a su juicio y responsabilidad se volvió el hombre de confianza de esas mujeres que le abrieron las puertas. —Es el único mensajero que no nos ha fallado y demuestra honestidad y buenas costumbres— afirma una de las dueñas.

Hay que abrir las puertas

Dicen los eruditos en temas de paz que para llegar a la reconciliación tras años de conflicto armado debe haber perdón —sin olvido para que no se repitan los hechos—, y nuevas oportunidades para las personas que alguna vez empuñaron las armas.

En el tema de brindar oportunidades a quienes hicieron parte de los grupos armados ilegales, Colombia ha recorrido parte de un camino que la ha puesto como ejemplo a nivel mundial. Las empresas han entendido que abriendo sus puertas evitan que las personas que alguna vez estuvieron en la guerra retornen a ella.

Es así como en el país, 7.483 desmovilizados hoy hacen parte de una nómina formal en diferentes oficios entre los que se destacan empresas de vigilancia con un 30% de empleados (2.249 personas); empresas de construcción con 11% (823 personas) y el sector industrial con un 8% (598 personas). Además, 14.966 reinsertados desarrollan distintas actividades económicas informales.

Joshua Mitrotti, director de la Agencia Colombiana para la Reintegración, ACR, afirma: “en Colombia ha habido una apertura importante del empresariado y amplios sectores de la sociedad para abrir espacios efectivos de empleabilidad y aceptación de la población en proceso de reintegración”. Sin embargo, Mitrotti hace un señalamiento sobre el camino a recorrer por alta la estigmatización y el rechazo social que aún prevalece sobre los desmovilizados.

Aunque el proceso de brindar oportunidades laborales a los desmovilizados no es fácil, como afirma el Vicepresidente de Asuntos Corporativos de Grupo Sura, Fernando Ojalvo, “parte fundamental del posconflicto pasa por la generación de oportunidades”.

Hay experiencias positivas

En Colombia, las ciudades en las cuales hay más concentración de personas desmovilizados trabajando formalmente son: Bogotá (1.269 personas), Medellín (1.058), Cali (281) y Villavicencio (273).

Estas experiencias, en su mayoría positivas, son fruto de los esfuerzos que según Sergio Soto, director ejecutivo de Fenalco Antioquia, han hecho los sectores económicas en especial la industria, el sector productivo, la manufactura y el comercio, y la construcción inmobiliaria y de obras públicas que has acogido muchas de estas personas.

“En algunos casos las experiencias han sido afortunadas, y estas personas se han reincorporado y han ido construyendo buenos antecedentes laborales, pero hay que destacar que algunas experiencias no han sido tan afortunadas y algunas personas tienen grandes dificultades de adaptabilidad. Algunos son renuentes a los salarios establecidos en nuestra economía porque llegan con expectativas de ingresos muy superiores que formalmente no se pueden pagar en la economía colombiana”, afirma Soto.

Aún así, Mitrotti, de la ACR, indica que las empresas han venido aproximándose y rompiendo los imaginarios sobre esta población y destaca —aunque no son los únicos— al grupo Éxito, Sodexo, Coltabaco, Panaca, Banco Caja Social.

Gracias a su nuevo trabajo, a su nueva vida lejos de las armas, Manuel cumplió el sueño frustrado por tantos años en la guerra: ser esposo y padre de dos hijos, ambos concebidos lejos del ruido de los cañones y emboscadas. Hoy continúa en la búsqueda de sus padres y hermano a quienes dejó de ver desde que era un niño, cuando se enfiló en un conflicto que hoy es parte de su pasado.

*Nombre cambiado a petición de la fuente.