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De esta forma, hasta el primer trimestre de 2016 (cuando se espera que termine el fenómeno climático), se sabrá con certeza cuál fue el punto máximo de afectación y a partir de allí se contará un año para determinar con precisión cuál será la caída en la producción. “Antes es imposible predecirlo”, indicó el especialista.
Sin embargo, el gremio celebra que esta realidad les dará tiempo para hacer planeación estratégica y tomar las medidas necesarias con el objetivo de “minimizar las graves consecuencias que pueda traer”.
Según los expertos, la disminución en las capturas de pesca son evidentes, debido a que las aguas superficiales del mar en el Océano Pacífico pueden tener alteraciones de hasta dos o más grados centígrados, por lo que las especies se ven obligadas a migrar hacia corrientes más frías. En el peor de los casos, si los peces más susceptibles no tienen la capacidad de desplazamiento, podrían morir, como ocurrió en 1997 y 1998.
Una opción en la que está trabajando la Aunap es direccionar la diversificación de fuentes de ingreso, de manera que los piscicultores busquen alternativas en agricultura y artesanías.
Según el texto, las EPS, ahora transformadas en Gestoras de Vida, serán las encargadas de vincular a las personas a los Caps
El nuevo texto busca destrabar el trámite del proyecto del Gobierno, virtualmente hundido en la Comisión Séptima del Senado
Según el Ministerio de Comercio, la inversión en el sector creció 104,6% en comparación con 2022, cuando registró US$1.508 millones