El alcalde de Bogotá, Gustavo Petro (1960), está obsesionado en no cometer los mismos errores de su antecesor y hacerle ver a los medios de comunicación que las cosas en la Capital están mejores. Quiere visualizar que la innovación en el pico y placa es un verdadero ‘cabezazo’ y que la reducción en las tarifas de Transmilenio son históricas. Además la entrada de los buses articulados a la 26 es una realidad que transforma la ciudad y está generando bienestar.