A los medios brasileños alguien los engañó. Luego de que las autoridades de ese país aceptaran investigar al presidente Michel Temer (1940), este citó a una rueda de prensa para la tarde y los diarios no hicieron otra cosa que especular. O Globo, por ejemplo, alcanzó a decir que en el encuentro con periodistas el mandatario anunciaría su renuncia al cargo, algo que finalmente no sucedió. (MC)