En la Superintendencia de Industria y Comercio intentaron registrar la firma de Pablo Escobar para la clase 35 de la Clasificación Internacional de Niza, es decir, publicidad. Sin embargo, la entidad resolvió negar el signo argumentando que la marca atenta contra la moralidad colombiana al ser asociado a un nombre que fue símbolo de la violencia que atravesó el país en la década de los ochenta.