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martes, 19 de agosto de 2014

Con este lamentable suceso, en el que también murieron tres de sus asesores, un fotógrafo, el piloto y copiloto de la aeronave, se abrió un panorama diferente para las elecciones de octubre en el país suramericano, pues ahora las encuestas, en las que se incluye el nombre de Marina Silva (anterior fórmula vicepresidencial del fallecido Campos), no son tan favorables a la presidenta Rousseff, como sí a la nueva candidata por el Partido Socialista Brasileño (PSB).

A pesar de ser prematuro, los sondeos realizados en días posteriores a la muerte del candidato del PSB, están reflejando un importante cambio en la tendencia del electorado brasileño, que se mueve mucho más en favor de la ahora candidata Silva y ex ministra de medio ambiente en Brasil. 

Cifras provistas por Datafolha le han puesto en un potencial segundo lugar, superando ahora al candidato de centro, Aécio Neves, quien se ubica en 20% de intención de voto. 

La actual presidenta se sitúa en 36%, y la candidata ecologista Silva está ahora en segundo lugar con el 21%. Ya la encuesta del Instituto Brasileño de Opinión Pública y Estadística (Ibope) había reflejado dos semanas atrás que la segunda vuelta sería un hecho.

Resulta significativo que en tan pocas horas, posteriores al fallecimiento de Eduardo Campos, el candidato (ahora candidata) del PSB aumente en casi 200% la intención de voto para ocupar la presidencia. 

Sin embargo, el aumento de posibles votantes que apoyan a Silva en la carrera electoral, no es otra cosa que la reducción de simpatizantes que pueda tener la presidenta Dilma Rousseff en su actual gestión de liderazgo en la única potencia latinoamericana que se mueve con relativa facilidad por los foros más connotados del sistema internacional.

Aunque aún no se oficializa su candidatura, es casi un hecho que la ecologista forjada en las entrañas de la selva amazónica, defendiendo a ultranza todo lo que la naturaleza provee al ser humano, será quien lidere las banderas del PSB en su disputa contra el Partido de los Trabajadores y la Social Democracia Brasileña. 

Es importante anotar que la candidata  Marina Silva perteneció en algún momento al partido oficialista de los trabajadores, pero se fue distanciando mientras exigía trasparencia al interior del mismo y de toda la gestión de la actual administración. 

En sus términos, la corrupción ha sido el problema más serio que se ha debido atacar por parte de la actual presidenta, pero poco se ha hecho al respecto. Basados en ello, los electores brasileños confían en que de darse una victoria favorable a Silva, la lucha contra la corrupción se convertiría en la acción central de la nueva administración.

Ahora bien, al tener en cuenta que el ejercicio de consulta sobre potenciales resultados electorales en Brasil se está haciendo en medio de un ambiente de recordación y sentimientos de afecto hacia Campos, esto hace que no se pueda tener tanta seguridad frente a los virtuales resultados de Silva en las elecciones. 

Hasta finales de julio no se había puesto en duda el triunfo de Rousseff en la primera vuelta. A partir del incidente en el que el candidato del PSB desaparece del escenario público, muchas dudas asaltan al analista político. 

Siendo real, claro está, que el relativo estancamiento económico brasileño de los últimos años, la cada vez más elevada inflación del país, y el irregular desempeño del Estado para satisfacer las demandas de su población podrán pasar factura a Rousseff y dejar a la actual presidenta por fuera de los círculos de poder.

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