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viernes, 30 de enero de 2015

De esta manera, el país escogió a la Universidad de Harvard para evaluar la Ley de Víctimas del proceso de paz, así el Carr Center for Human Rights del Harvard Kennedy School se encargó de hacer el estudio dividido en tres partes, la primera es un análisis comparativo del proceso de reparación colombiano con el de otros  países, la segunda evalúa la capacidad institucional de la Unidad de Víctimas y la última, aborda los resultados de las víctimas que ya han sido reparadas.

En la primera parte del informe titulado Colombia’s Integral Reparations: Accomplishments and Challenges. Global and Comparative Benchmarking; Harvard hizo una evaluación comparativa del programa de reparación de la Unidad de Víctimas de Colombia, frente a 45 políticas de reparación en 31 países, que vivieron procesos de justicia transicional entre 1970 y 2013. 

El Carr Center for Human Rights, comparó el proceso de paz colombiano con otros similares, estudió países que vivieron grandes violaciones a los derechos humanos que han realizado reparaciones administrativas y analizó Estados que formularon la reparación por iniciativa propia y pasaron por un proceso de transición entre autoritarismo y democracia. De esas 45 experiencias comparativas, quedaron cinco que se ajustaban como referencia al caso colombiano, Guatemala, Indonesia, Perú, Sudáfrica y Marruecos,  quedando los tres primeros procesos de paz como los más parecidos.

El balance del informe sobre el proceso de paz colombiano es muy positivo, con inmensos retos a largo plazo, como el número de víctimas que Colombia pretende reparar, que es mucho más amplio que cualquier otro programa de reparación en la historia,  pues la violencia ha dejado 6,9 millones de víctimas, equivalentes al 14% de la población y la cifra sigue en aumento.

El 14% resulta de una decisión del Estado colombiano, al incluir a las víctimas de desplazamiento forzado, que suman casi 5,4 millones desde 1984, pues   si estas no se contaran, el tamaño sería de 2 por ciento, que en todo caso seguiría siendo el doble de lo que otros países han reparado.

Aunque la Unidad ha compensado 426.000 víctimas en menos de cuatro años, siendo una cifra récord comparada a otros países, 94% de los 6,9 millones sigue sin ser reparada. 

El informe reconoce que la Unidad no podrá terminar la reparación antes de que pierda vigencia la ley en 2021, quedando dos posibilidades: extenderla o aumentar la velocidad, lo que implicaría reparar casi un millón de víctimas por año.

Según el informe, el Plan de Atención y Reparación a Víctimas recibió una suma de 2.800 millones de dólares en 2011, cuando el número estimado de víctimas era de 4,5 millones, pero ahora las víctimas han aumentado en 50% y el presupuesto sigue siendo el mismo para el proceso de paz colombiano.

De esta manera, Colombia tiene el proceso de paz con el programa de reparación a víctimas más ambicioso del mundo, reconoce un mayor número de daños, los criterios de selección de las víctimas son amplios, las formas de reparación son variadas e identifica diferentes beneficios de acuerdo al tipo de víctima.

En este sentido, el actual Gobierno está haciendo historia con el proceso de paz con la Ley de víctimas 1448 de 2011, pero hace falta un pacto social y un compromiso de los próximos mandatos para cumplir la ambiciosa tarea de reparar a tantos colombianos, debiendo convertir esta estrategia en política de Estado.

Queda claro en esta investigación, que Colombia va en la dirección correcta con el proceso de paz, pues tiene un marco legal serio, voluntad política y una institucionalidad para enfrentar el problema. 

Sin embargo, falta la otra mitad, cuantiosos recursos, política de Estado y apropiación de toda la sociedad para incluir a las víctimas en el posconflicto. 

En conclusión, la evaluación de la Universidad de Harvard al proceso de paz colombiano es positiva, resaltando el programa de reparación de víctimas, debiéndose constituir en política de Estado.

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