Agregue a sus temas de interés

Agregue a sus temas de interés Cerrar

martes, 5 de agosto de 2014

En la reunión quedó demostrado, una vez más, que la interdependencia entre ambas naciones sigue siendo la piedra angular de toda conversación adelantada entre sus jefes de gobierno. Sin embargo, aquella que algún día llegó a ser una muy buena relación comercial, ha pasado a ser sólo un vínculo más, que perdió relevancia y se volvió víctima del sistema cambiario venezolano. 

En términos cuantitativos, y siendo tan simplistas de únicamente tomar el dato de ventas al exterior de cada nación, Colombia apenas le representa a Venezuela US$415 millones, según datos de la Cámara de Integración Económica Venezolano-colombiana (Cavecol). Es una cifra minúscula si se tiene en cuenta que las ventas de Venezuela al exterior giran alrededor de US$94.000 millones.

En la dirección opuesta, las cifras tampoco son tan llamativas como lo fueron en la década anterior (recuérdese que en 2007 las exportaciones colombianas al vecino país superaron US$6.000 millones). Venezuela representó justo 3,8% de las ventas que Colombia hizo en 2013, traducido en US$2.256 millones, de un total exportado de US$58.821 millones. Es evidente, con base en las frías cifras, que a pesar de estar unidas por la geografía, el vínculo comercial entre ambas naciones se deterioró de manera ostensible.

A pesar de ello, según datos del Mincomercio, el mercado frente al cual Colombia posee el mayor superávit, tomando para el análisis sólo la producción no-minero energética, es Venezuela. Lo anterior, entonces, demuestra que para el exportador colombiano de bienes y manufacturas sigue siendo (no obstante el bajo dinamismo), un mercado al cual acudir para llevar su producción.

Ahora bien, la oleada de mercancías que se mueve por la frontera no es tan baja como los estudios económicos, adscritos a la legalidad, manifiestan. El fenómeno del contrabando, eje central de la cumbre Santos-Maduro, tiene a ambos Estados en alerta máxima. Mientras a Colombia llega un excesivo flujo de bienes (y mucha gasolina) provenientes de su vecino oriental (a precios irrisorios y sin pagar impuestos de ningún tipo), Venezuela se desabastece cada vez más y sus habitantes padecen las directas consecuencias del fenómeno.

Ha sido un tema crítico que, una vez finalizado el encuentro de mandatarios, pareciera haberse trabajado a profundidad. De acuerdo con lo expresado por ellos, habrá un seguimiento cauteloso al mismo y se espera que los resultados sean favorables. Lo que sigue es, por tanto, un trabajo para nada sencillo de detectar el núcleo de los “carteles” de contrabando instalados en la frontera, donde -para nadie es secreto (hay participación de muchos individuos de ambos lados y en los que se involucran funcionarios del más alto nivel). La misma Dian ha sido víctima de constantes ataques, no sólo en Norte de Santander sino a lo largo de toda la frontera. Lista la retórica, ahora a esperar por las acciones.

LA REPÚBLICA +

Registrándose puede personalizar sus contenidos, administrar sus temas de interés, programar sus notificaciones y acceder a la portada en la versión digital.