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miércoles, 19 de julio de 2017

e acuerdo con información del Banco Mundial (BM), la participación del sector servicios en Colombia representó en 2015 60,2% del PIB del país. No obstante, en Colombia no han sido suficientes los incentivos empresariales para fomentar el comercio de servicios - en particular las exportaciones de servicios. Según las mediciones del BM, el comercio de servicios en Colombia representa apenas 6,6% de su PIB. Aunque el bajo porcentaje del comercio de servicios sobre el PIB se debe en parte a la dificultad de medir con exactitud esta partida, también se debe a que el diseño de políticas públicas que buscan fomentar el comercio de servicios no siempre son adecuadas para el sector.

A pesar de que el comercio de servicios difiere estructuralmente del comercio de bienes, muchas veces obedeciendo a características particulares incluso de cada sector, su regulación ha sido tradicionalmente diseñada con base en programas y políticas públicas estructuradas para incentivar el comercio de bienes. Por ejemplo, mientras en el comercio de bienes se requiere de un movimiento físico de una mercancía, bien sea saliendo o entrando a un territorio aduanero, este tipo de movimiento físico no es siempre necesario para el comercio de servicios. Esto, naturalmente, ha generado que no sea posible aplicar transversalmente algunas de estas políticas públicas a diversos sectores de servicios.

Bajo la regulación del comercio internacional de servicios del Acuerdo Gats de la OMC, el comercio de servicios se da de cuatro modos: (i) ‘comercio transfronterizo’, mediante el cual el servicio cruza la frontera (e.g. servicios online); (ii) ‘consumo en el extranjero’, mediante el cual el servicio se consume en el extranjero (e.g. servicio de hotelería); (iii) ‘presencia comercial’, bajo el cual el proveedor del servicio se establece en otra jurisdicción para de allí suministrar el servicio (en muchas ocasiones relacionado con inversión extranjera directa); y (iv) ‘movimiento de personas naturales’, en el que la persona física que presta el servicio se desplaza a otra jurisdicción a suministrar el servicio para luego regresar a su jurisdicción.

Entendiendo lo anterior, Colombia debería enfocar sus esfuerzos en incentivar la exportación de servicios de una manera adecuada y focalizada en sectores, e incluso en modos de prestación de servicios particulares, según se identifiquen las potencialidades y capacidades exportadoras. Asimismo, en el diseño de programas que sean aplicables transversalmente a diversos modos de prestación de servicios.

Por ejemplo, el régimen de zonas francas podría ser mejor aprovechado por el sector servicios. Por su naturaleza, este régimen es aplicable para incentivar las exportaciones de servicios mediante los primeros tres modos de prestación de servicios - prestación transfronteriza; consumo por extranjeros en la zona franca (e.g. servicios médicos); y por presencia comercial de proveedores extranjeros. Sin embargo, según cifras del Ministerio de Comercio, de 111 zonas francas aprobadas entre permanentes y especiales, solo 20 (excluyendo las de servicios portuarios) han sido autorizadas exclusivamente para la prestación de servicios- en su mayoría para prestar servicios de salud o de call center.

Además de regímenes como las zonas francas, se hace necesario que en Colombia se diseñen políticas públicas encaminadas a la internacionalización de los servicios y se busque aumentar la participación del comercio de servicios en nuestra economía.