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sábado, 22 de julio de 2017

El pasado lunes 17 de julio, el Representante de Comercio de los EE.UU. publicó en un informe con los principales objetivos para la renegociación del Nafta.

En la medida en que los EE.UU. es el principal socio comercial de Colombia, debemos observar con especial atención el curso de esta renegociación.
En primer lugar, llama la atención cómo se menciona la urgente necesidad de actualizar el Nafta, pues ya cumplió 23 años y que en este periodo tanto la economía de los EE.UU. como el comercio global han sufrido cambios sustanciales y pese a que el acuerdo ha beneficiado a las tres partes, en el caso de los EE.UU. el déficit comercial con sus vecinos del Nafta se ha incrementado en gran forma, miles de fábricas han cerrado y millones de norteamericanos se han quedado sin el trabajo para el cual habían sido entrenados y que por años, pese a que muchos políticos habían prometido renegociar el Nafta, ninguno lo había logrado.

Menciona el documento cómo el 18 de Mayo el presidente Trump inició esta renegociación y desde esta fecha ha habido una gran cantidad de consultas entre ellas se han oído a 140 personas que han suministrado testimonio desde diferentes sectores, y se han recibido más de 12.000 comunicaciones.

El objetivo de la renegociación del Nafta es asegurar un comercio justo, que beneficia a las poblaciones de los tres socios comerciales, que elimine las barreras para las exportaciones norteamericanas dentro de un ambiente del Siglo XXI y que corrija los imbalances en los flujos de comercio que hoy están en contra de los EE.UU., para que este país obtenga unas condiciones más abiertas, justas, seguras y recíprocas con los dos países que son el destino más grande de sus exportaciones.

El documento de renegociación trata de 22 temas con 170 recomendaciones precisas, de las cuales me permito resumir las más relevantes:
Se mantendrá la libertad arancelaria tanto para bienes manufacturados como para productos agrícolas, lo cual es una magnífica noticia.

Se aumentarán los controles para verificar las normas de origen y evitar triangulación de terceros mercados adoptando medidas precisas para incrementar el valor de las materias primas y mercancías originales del Nafta.

Hay un gran énfasis en la importancia de las medidas comerciales para evitar las prácticas que distorsionan el libre comercio, entre ellas el dumping y las salvaguardias.

En este sentido se propone la eliminación de la exclusión de la cláusula de salvaguardia universal prevista en el Nafta, así como la utilización del precio de un país distinto al de origen (tercer país) cuando sea difícil reconstruir el precio del país exportador, en los casos de dumping.

El reforzamiento de las normas de propiedad intelectual.

En cuanto a facilitación de comercio, se recomiendan procedimientos automatizados con pagos electrónicos que permitan el reforzamiento de las cadenas regionales de valor, y la eliminación de restricciones y pago de impuestos para importaciones de menos de US$800 para facilitar así el comercio electrónico (los límites son en México de US$50 y en Canadá US$20).

Se sugiere la segunda instancia para controversias aduaneras y de comercio exterior con órganos independientes a quien emita el acto para dar así transparencia.

Sin duda, la renegociación del Nafta podrá tener impacto hacia futuro en otros acuerdos comerciales que haya celebrado los EE.UU., incluyendo el nuestro.