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lunes, 4 de septiembre de 2017

El comercio electrónico, también conocido como “e-commerce”, ha transformado las relaciones económicas de manera sustancial. La venta, compra y distribución de productos y servicios a través de internet se ha convertido en el medio predilecto para las empresas y sus consumidores.

Las ventajas del comercio electrónico parecen insuperables: acceso directo al mercado mundial, reducción sustancial de los costos de comercialización y de transporte, desaparición de las barreras geográficas, flexibilidad en los medios de pago, comodidad, rapidez y mayor disponibilidad de productos.

Para muchos, los múltiples atributos del comercio electrónico han puesto en jaque el comercio tradicional, que parece quedarse corto en satisfacer las necesidades y deseos de los consumidores.

Pero, ¿implica esta novedosa forma de distribución la inevitable desaparición del comercio convencional? La reciente compra de la cadena de supermercados orgánicos, Whole Foods, por parte de Amazon, parece indicar que ello no es así.

La empresa fundada por Jeff Bezos que se ha consolidado en la cima del “e-commerce” para todo tipo de productos pretende ahora introducirse en el comercio tradicional de las tiendas físicas. Amazon anunció la adquisición de esta cadena de supermercados por un monto de 13,700 millones de dólares, operación que se espera contribuya a la consolidación de los mercados convencionales en los que Amazon está presente, ejemplo de las cuales es la apertura de tiendas de libros, de la referida compañía, en varias ciudades de Estados Unidos.

Desde hace ya un tiempo Amazon ha intentado incursionar en el suministro de alimentos sin mucho éxito. Ejemplo de ello es la plataforma, AmazonFresh, para la venta online y el envío de alimentos, que no ha producido aún los rendimientos esperados. Ciertamente, la presencia física de WholeFoods le brindará una ventaja importante: ampliar y extender su negocio online con más de 400 tiendas físicas. Ello puede contribuir a agilizar la entrega y distribución de productos localmente, adquirir un mejor conocimiento de la experiencia de compra, incrementar su variedad de productos e incursionar de lleno en el tipo de comida orgánica y saludable, tan de moda en estos tiempos.

La estrategia de Amazon sorprende si se tiene en cuenta que los avances tecnológicos y el mundo digital están en pleno apogeo. Que una empresa ligada al comercio electrónico desde su nacimiento decida regresar al sistema de ventas tradicional podría representar, para muchos, una maniobra peligrosa.

No obstante, Amazon le ha apostado a integrar lo físico con lo electrónico, táctica que demuestra que ambas modalidades no son excluyentes. A pesar de que vivimos en la era digital, la presencia física sigue siendo un factor clave en la consolidación de una empresa en el mercado. Ello se explica por cuanto las ventajas del comercio tradicional pueden acentuar las del comercio electrónico. De esta manera, más que una amenaza para el comercio tradicional, el e-commerce puede convertirse en un aliado para las empresas que buscan posicionarse y ampliar su dominio del mercado.

Sólo el tiempo dirá si la decisión de Amazon fue acertada, pero de ser así, sus competidores tendrán que considerar la posibilidad de adoptar una estrategia similar si no quieren perder la batalla contra este gigante.