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jueves, 9 de noviembre de 2017

Como en cualquier novela, la industria petrolera también tiene tramas, enigmas y misterios que generan incertidumbre, ansiedad, curiosidad y hasta predicciones sobre cómo se resolverán, o si se resolverán o no algún día. Por lo general, están en juego intereses entre particulares y el Estado, entre comunidades y entes no gubernamentales, entre organizaciones internacionales, regionales y locales, entre actores políticos y defensores de derechos individuales y colectivos, en fin, de toda clase de personajes que consideran legítimo su derecho a defender una causa propia o ajena y a participar en la historia. He aquí unos ejemplos de historias pendientes del capítulo final.

Título posible: “¿La utilidad pública existe?” Por décadas se ha invocado su existencia frente a derechos de particulares para lograr que la autoridad priorice el desarrollo industrial. Pero la coexistencia de varios actores como cuando un minero y un petrolero se disputan la misma área, lo pone en duda, puesto que se visten con el mismo traje y desenfundan el mismo fundamento legal sin llegar a soluciones. La realización en un mismo escenario de actividades mineras y petroleras de manera consensuada, coordinando las operaciones de unos y otros para que triunfe el bien, entendido como aquella fórmula que traiga mayor bienestar para el Estado, parece hoy una utopía.

¿Cómo terminará esta historia? Paradójicamente, es precisamente el Estado el que, ante la falta de acuerdos y teniendo la capacidad de resolver la controversia, no lo hace, porque intervienen múltiples factores que vuelven compleja e intrincada su acción. Así es que, en este caso, la novela aún no termina.

Título posible: “Lo propio frente a los demás”. Como si se tratara de una novela de Dan Brown, personajes recursivos que buscan los intríngulis y los vericuetos de las normas, las alianzas y las estrategias, se han trenzado, los unos, en busca de impedir que se realicen operaciones industriales, construcción de infraestructura o cambios en el statu quo de una zona o de un municipio, para preservar una cultura regional, un negocio particular o las ventajas de un grupo. Los otros, en busca de realizar acciones industriales conforme al compromiso adquirido con el Estado, obtener los beneficios económicos para sus inversionistas y hacer valer el carácter de bienestar general por el que actúan. En la trama se lograron decisiones judiciales y gubernamentales que pusieron en jaque el reivindicado derecho adquirido de los particulares y se suspendieron acciones que pretendían ser en defensa de la economía nacional y regional.

Pareciera ser una historia con final triste, en la que todos pierden o, al menos, pierde más el que representa a la mayor cantidad de individuos, puesto que va triunfando el argumento de preservar el interés de la comunidad minoritaria que hace valer su derecho a decidir en su propia zona.

Estos son ejemplos de historias reales con diversas actuaciones por parte de los personajes que hacen la novela. Estas son situaciones que estamos viviendo en la industria petrolera colombiana sin que se vean superhéroes que disipen el desconcierto y provean una solución. Ciertamente no hay fórmulas mágicas que dejen felices a todos o que establezcan un orden inmediato y tranquilizador, al que se acojan los intereses particulares y públicos. Lo que sí se exige de parte del Estado, como autor o protagonista principal, es su mayor esfuerzo en procurar el mejor y más pronto desenlace.