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martes, 15 de julio de 2014

Antes que nada es importante dejar en claro que la discriminación implica la violación del derecho a la igualdad, teniendo en cuenta la exigencia constitucional encaminada a impedir que se restrinja o excluya el ejercicio de los derechos y libertades de una o varias personas, sin que exista justificación objetiva y razonable para hacerlo. Así las cosas tenemos que el derecho a la igualdad, se traduce en la garantía a que no se instauren excepciones o privilegios que exceptúen a unos individuos de lo que se concede a otros en idénticas circunstancias. (Sentencia T- 1122/02). 

Teniendo en claro lo anterior, es necesario aclarar que la población Lgbt no puede ser objeto de discriminación por razón de su condición. El simple hecho de que su conducta sexual no sea la misma que adopta la mayoría de la población, o el medio en cual se desarrolla, no justifica en sentido alguno tratamiento desigual. De hecho, las capacidades laborales de cualquier persona no están definidas por la condición sexual de uno u otro trabajador, no obstante lo anterior, luego de revisar el resultado de la investigación “Raros… y oficios. Diversidad sexual y mundo laboral: discriminación y exclusión” de los investigadores Alexander Pérez Álvarez, Guillermo Correa Montoya, y Wilson Castañeda Castro, publicada por la Escuela Nacional Sindical & la Corporación Caribe Afirmativo, evidencia una triste realidad que a claras luces demuestra que estamos lejos de ser un país tolerante. De hecho muestra que ningún nivel de la sociedad colombiana esta lista aún para hacer parte de una sociedad incluyente. 

El estudio de la Escuela Nacional Sindical & la Corporación Caribe Afirmativo, hace un recuento bastante completo de la situación de discriminación laboral que sufre la población Lgbt, para efectos prácticos me permitiré traer a colación tres estadísticas que arrojan cifras altamente preocupantes solo en la capital del país. 

La primera de ellas es una clara muestra de la intolerancia a la cual se ven enfrentada la población ya mencionada toda vez que solamente en la ciudad de Bogotá más de 75% de la población encuestada reconoce haber utilizado lenguaje hostil y humillante en contra de personas por cuestión de diversidad de género. Ahora bien, respecto de las personas que han sido despedidas de sus lugares de trabajo por hacer visible su orientación sexual tenemos que más de 40% de la población gay, afirma haber sido víctima de tal situación, así como 43,3% de lesbianas y, 10% de la población Transexuales. Finalmente y hablando de oportunidades de ascenso laboral, es evidente que la diversidad de género es un factor excluyente al momento de reconocer las capacidades de la población Lgbt, ya que él estudio arroja que 89,9% de las personas Transexuales, han sido excluidas de oportunidades de ascenso debido a su condición, lo mismo ocurre con 51,6% de las lesbianas y el 53,3% de los gays.

Es evidente entonces, que la población Lgbt es víctima constante de acoso laboral por constituir cualquiera de las anteriores situaciones conductas persistentes y demostrables, ejercidas en contra de trabajador por parte de su empleador o compañero de trabajo encaminadas principalmente a causar perjuicio laboral, generar desmotivación en el trabajo, y porque no, también a infundir miedo, intimidación, terror y angustia al trabajador. Es por lo anterior que mi invitación a la población Lgbt, es que hagan sentir su voz, que ejerzan sus derechos, que se castigue administrativamente a las empresas que permiten estas prácticas que atentan contra la igualdad, pero sobretodo, que tomen un papel en la historia de Colombia, haciéndonos una sociedad más tolerante e incluyente demostrando por medio de su trabajo, que no existen mayores o menores capacidades laborales por el simple hecho de ser Lgbt.