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sábado, 24 de junio de 2017

Es evidente que se debe reformar la vieja ley 181 que traza los lineamientos del deporte en todos sus aspectos; ahora bien, es muy diferente el fútbol profesional a actividades aficionadas y recreativas que indudablemente encuadran dentro de la acepción deporte, pero que nada tienen que ver unas con otras.

Se habló de una nueva forma de sociedad en el fútbol, una especie de SAS que permitía un desarrollo más ágil de estas entidades, aparentemente se pretendía un control más laxo de Coldeportes y en general se le daba a los equipos y al fútbol mayor dinamismo pues permitía entre otras cosas, equipos de un solo dueño.

Uno de los grandes temas del fútbol colombiano, que se ha esgrimido permanentemente y con el que estoy totalmente de acuerdo, es que el fútbol es empresa privada, como un banco o una fábrica, cada uno con sus particularidades y sobre todo sus controles.

La empresa privada no es una rueda suelta que puede hacer o deshacer por el solo hecho de serlo, los bancos, por seguir con el paralelo, empresas privadas por donde se le vea son controlados, auditados, vigilados y si no marchan bien, intervenidos; sus directivos miembros de junta directiva deben pasar hoja de vida a la superintendencia y están permanentemente monitoreados para evitar que se comentan actos delictivos. Empresa privada, si, vigilada, también.

El fútbol, como no, es empresa privada, pero este estatus no lo sustrae de cumplir con la ley. Por ejemplo, pagar parafiscales sobre el ingreso real de sus jugadores; la Ugpp tiene a los clubes con varias investigaciones y cuantiosas sanciones por eludir estas obligaciones; la solución no es pregonar que son empresa privada, más bien utilizar las herramientas que ofrece la ley para disminuir costos parafiscales sin peligro de una sanción. Como esta situación muchas otras que, por ser empresa privada, no son excusa para incumplir la ley. Pensiones, seguridad en los estadios, acoso laboral, no discriminación, impuestos etc. 

Nada obsta, siguiendo con algunos temas de la ley, para que los clubes sean sociedades unipersonales, o estén manejados por grandes emporios multinacionales mientras cumplan con la ley y respeten los reglamentos de este deporte. No creo que los llamados clubes “democratizados” donde todos opinan y nadie decide sean la solución, en esto hay que ser claro, un club de fútbol profesional es una empresa compleja, costosa y que no tiene por que pedir el favor a sus hinchas para tomar decisiones. Temas como cambio de sede, contrataciones, colores etc. son decisiones de quien detenta la propiedad real del club y a pesar de las opiniones de algunos, no tiene por que ser consultada. Si el hincha no se siente representado en su equipo, no compre la boleta, no vea los partidos o mejor critique, pero no espere nunca que, por ser hincha “de toda la vida” se le invite a decidir.

En conclusión, dejemos que los clubes de fútbol sean manejados de manera privada, y a su vez que estas entidades cumplan con la ley como los banco, los restaurantes o cualquier otra actividad vigilada y controlada.