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  • David Alejandro Peñuela

miércoles, 19 de diciembre de 2012

Muchos de los negocios comienzan con una idea más o menos clara sobre lo que se quiere e incluso, de a dónde se quiere llegar. Dicho de otra forma, se tiene alguna noción sobre lo que los empresarios quieren que sea su negocio.

Sin embargo, el desarrollo interno del negocio y la distribución de tareas entre los socios y trabajadores es un punto que, en las más de las veces, genera conflictos que pueden ser el inicio del fin de la sociedad si no se saben corregir a tiempo. De hecho, esta vicisitud se agudiza aún más cuando se trata de negocios familiares 

 
El anterior fenómeno no es ajeno al negocio de las oficinas de abogados. Al respecto, la experiencia ha enseñado que, incluso cuando hay claridad en lo que se refiere a los roles en las áreas de derecho a cubrir por parte de los socios, no se tienen claros los roles internos que cumplirán estos para lograr un correcto funcionamiento administrativo del negocio. Las causas más frecuentes de este fenómeno son la inexperiencia en materia de administración de empresas por parte de los abogados, las relaciones parentales entre los socios o trabajadores y la rivalidad por importancia en las áreas del derecho en que se desempeña cada socio. 
 
En cuanto a la inexperiencia en materia de administración de empresas, como ya se ha expresado en otros artículos, los socios-abogados deberán empezar a introducirse en esta materia mediante la asistencia de cursos, seminarios o diplomados que les permitan entender de mejor forma el funcionamiento de un negocio. En este sentido, se reitera una vez más, que el negocio de las oficinas de abogados es como cualquier otro y por ende, éste merece la aplicación de todos los conceptos que demanda la iniciación, sostenimiento y crecimiento de una empresa. 
 
En lo que se refiere a las relaciones parentales, hay que decir que, probablemente este es el factor más frecuente que impide un desarrollo satisfactorio en lo que se refiere a las firmas de abogados, por cuanto este suele ser un negocio familiar.  Aquí, desafortunadamente priman las relaciones de familia basadas en la jerarquía genealógica, desconociendo los roles que cada socio o trabajador debe desempeñar. En este contexto, es de gran importancia recordar que al interior de una empresa no hay familia; sólo hay trabajadores, socios, asociados y cualquier otra figura que se quiera implementar menos familia.  Poco importa la posición que cierta persona posea en la familia ya que el negocio, por más que sea ejecutado por familiares, debe tener un esquema de funcionamiento indiferente a este factor. Pasar al plano de la confusión es un riesgo bastante alto que puede acabar tanto con el negocio, como con las relaciones familiares. Por este motivo la frontera entre una y otra relación debe quedar totalmente clara y definida. 
 
En este punto, quisiera traer a colación un ejemplo real que puede ilustrar un poco mejor las diferentes situaciones que se pueden presentar en la práctica: uno de los hijos de uno de los socios de un estudio de abogados fue contratado por este para que pusiera todo su conocimiento como Ingeniero Industrial al servicio de la oficina, con el fin de brindar una visión más omnicomprensiva de lo que implica la administración de un negocio y el mejoramiento de procesos internos de trabajo. El Ingeniero, haciendo uso de su conocimiento, puso en consideración de toda la junta de socios un plan de mejoramiento y fortalecimiento empresarial, el cual fue aprobado por la mayoría de socios menos por su padre. 
 
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