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  • Teresita Celis

miércoles, 22 de enero de 2014

Los efectos del decreto 2462, expedido en noviembre del año pasado, empezaron a correr para la Superintendencia Nacional de Salud.

La medida establece una nueva estructura organizacional de la entidad -en palabras simples es una reestructuración- que en efecto se puso en marcha este año y que promete defensa del usuario y más vigilancia para los prestados de los servicios de salud.

El superintendente de Salud, Gustavo Morales Cobo, señaló que el objetivo de la reorganización de la entidad es mejorar las capacidades de protección al usuario del sistema de salud, pero también, aumentar los índices de efectividad en asuntos de trámites, quejas, reclamos y en sanciones.

Por ello, señaló el directivo, se están creando varias delegaturas con funciones específicas para acabar con la dispersión de cargos que en muchas ocasiones confundían a los usuarios y se hacían poco efectivos.

Morales Cobo, destacó por ejemplo, la delegatura de protección al usuario que va a atender las peticiones, quejas y reclamos que se desprendan de los servicios de salud.

Estarán, además, la delegatura para la supervisión de riesgos, supervisión institucional, medicinas especiales, procesos administrativos y para las funciones jurisdiccional y de conciliación.

“Cada área debe hacer bien sus funciones, se acaba la dispersión y por ellos están las delegaturas. Entonces vamos a tener una dedicada a las investigaciones, otra a la supervisión de todas las entidades vigiladas sean prestadores o aseguradores de índole nacional o territorial, y tendremos una oficina de comunicaciones estratégicas para darle información a los usuarios sobre los derechos y deberes en salud”, indicó el Superintendente.

Dentro de estos procesos el funcionario destacó la delegatura de supervisión por riesgos que, según dijo, se trata de una nueva filosofía que mirará a los vigilados desde la perspectiva de cómo están administrando los riesgos para que no incurran en fallas de la prestación. Esta es una de las mayores quejas de los usuarios, que a su vez configuran buena parte de los reclamos. En 2013 la Supersalud dejó en firme sanciones por $13.393 millones e impuso multas a los vigilados por $4.104 millones, ante conductas relacionadas con la negación de servicios, la inoportunidad en la atención, los recobros indebidos al Fosyga, omisiones en el flujo de recursos y por el no reporte de información.

Morales Cobo, indicó que la semana pasada se incorporaron los empleados a la nueva planta y arrancó a funcionar la nueva estructura.

Más recurso humano
Según explicó el Supersalud, la reestructuración implica la vinculación de nuevos funcionarios. Serían en total unos 400 empleados nuevos.

“Por ahora se incorporaron los empleados que había a la nueva planta, pero hay un fortalecimiento en recurso humano y vamos a tener cerca de 700 funcionarios para atender las necesidades del sector. Hoy somos 300 y vamos a tener 400 más que entran en este proceso de reestructuración para fortalecer la planta”, sostuvo.

El funcionario explicó que esta organización no implicó mayores inversiones. “Nosotros vivimos de la contribución de los vigilados, que se llama la tasa de vigilancia. Realmente no hay inversión nueva en recurso físico debido a la reestructuración y lo que ha pasado es que muchos contratistas han entrado a la planta, luego la inversión no es muy alta”, agregó

Otro punto que destacó Morales Cobo, dentro de la organización institucional de la Superintendencia, es que ese proceso permitirá crear nuevas oficinas regionales cuyas aperturas están en evaluación. Por ahora, serían unas seis o siete en distintas zonas del país.

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