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  • Reuters

jueves, 1 de octubre de 2015

En una entrevista en Nueva York, Santos aseguró que los líderes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc) se comprometieron a firmar un acuerdo a más tardar en seis meses, pero advirtió que si los rebeldes izquierdistas rompen su palabra no dudaría en volver al campo de batalla.

Durante una reunión histórica la semana pasada en La Habana, el Gobierno de Colombia y líderes de las Farc resolvieron uno de los mayores obstáculos de la negociación de casi tres años, al acordar la creación de un tribunal especial para juzgar a los guerrilleros y a efectivos de las Fuerzas Armadas involucrados.

El pacto establece penas privativas de la libertad de entre cinco y ocho años para los que confiesen ser responsables de delitos de lesa humanidad y crímenes de guerra.

Algunos opositores, encabezados por el ex presidente Álvaro Uribe, criticaron el acuerdo porque dicen que acarrea impunidad. Human Rights Watch también ha dicho que no brindará justicia a miles de víctimas, ya que los ex combatientes que colaboren podrían evitar quedar recluidos en una cárcel.

"¿Es este el precio que estamos pagando en cuanto a sacrificar algo de justicia?", se preguntó Santos en una entrevista con el editor en jefe de Reuters, Stephen Adler.

"¿Es un precio a pagar razonable? Y la respuesta por supuesto que es sí, de lejos, porque la alternativa es seguir con treinta años más de guerra", agregó.

El mandatario sostuvo que sólo un "pequeño sector" de la sociedad, motivado por razones políticas, se opone al acuerdo y que millones de víctimas desplazadas por el conflicto están más preocupadas por asegurar que otros no sufran la misma suerte.

Santos, un economista de 64 años que fue ministro de Defensa, aseguró que está "absolutamente convencido" de que los líderes de las Farc se comprometieron con la paz.

"Usted hace la paz con sus enemigos, usted no hace la paz con sus amigos. Me senté con las FARC porque son mis enemigos y yo dije 'vamos a hacer la paz, ya que es un buen negocio para los dos'", dijo.

Sin embargo, advirtió: "si yo estoy convencido de que están de nuevo tratando de jugar sus juegos y no la paz, voy a levantarme y a continuar la guerra".

Santos se declaró sorprendido por la cordialidad del jefe guerrillero Rodrigo Londoño, alias "Timochenko", cuando se conocieron por primera vez la semana pasada y se dieron la mano.

Las negociaciones previas para intentar acabar con el conflicto habían fracasado por un repunte de la violencia.

Algunas unidades de las Farc se aliaron con cárteles de la droga para suministrarles protección a cambio de dinero. Las FARC, financiadas con recursos de la cocaína, se comprometieron a ayudar a erradicar el comercio ilegal de drogas, algo que ayudará a frenar el narcotráfico a nivel mundial, dijo Santos.

"El dividendo de la paz en Colombia va mucho más allá de la frontera de Colombia", sostuvo.

Hasta el momento, el Gobierno ha desembolsado bastante en reparaciones para casi 500.000 víctimas. Los planes para desarrollar la agricultura y la infraestructura serán financiados por alianzas público privadas que no afectarán las cuentas fiscales del país, sostuvo el mandatario.
 

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