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  • Andrés Felipe Quiroga

domingo, 21 de abril de 2013

Los colombianos tenemos la capacidad de crear empresa a partir de una pequeña idea, hacerla grande con esfuerzo, perseverancia y mucho trabajo, con el objetivo de obtener frutos económicos a través de los años.

Sin embargo, el proyecto empresarial en ocasiones puede afectarse por detalles legales y comerciales, que en últimas son los que representan el mayor capital y activo de una compañía: la protección de los derechos de propiedad intelectual y su capitalización.
 
Los derechos de propiedad intelectual se traducen en aquellos activos con valor y destino comercial, carentes de corporalidad, provenientes de un esfuerzo intelectual e inversión económica, proveedores de prestigio y calidad, como lo es un marca, una patente o una obra literaria o artística, derechos y bienes que en cifras pueden representar el mayor porcentaje de capital de una empresa.
 
Sin ir tan lejos, la guerra de las tabletas hoy día se ha centrado en dos empresarios: Apple y Samsung, dos gigantes de la industria de dispositivos electrónicos. Sus estrategias comerciales, innovaciones, demandas legales y cifras en ventas giran exclusivamente en torno al posicionamiento de sus derechos de propiedad intelectual, pues el consumidor sabe que si detrás de su compra está el respaldo y desarrollo tecnológico que sólo estas dos compañías ofrecen, su inversión está a salvo, a pesar de existir otros fabricantes y desarrolladores en el mercado con igual tecnología, pues es gracias al prestigio de la marca o la innovación que el consumidor no titubea al momento de tomar la decisión de compra.   
 
Pero, ¿cómo hacer para que esta marca o invención pueda ser capitalizada en beneficio de su propietario o creador? Sencillo, obteniendo una asesoría legal para su protección. De lo contrario, existe la posibilidad de que otro competidor, con mayor conocimiento sobre el tema y de forma legal se apropie del esfuerzo ajeno, situación indeseable para cualquier competidor dentro del mercado.   
 
Existen diversas formas de protección según el activo o bien a proteger. Si se trata de un trabajo literario o artístico, la vía de protección será el derecho de autor, como lo son los textos, obras musicales, fotografías, esculturas, obras arquitectónicas, films, software, entre otros; protección que se adquiere desde el momento en que el autor o creador expresa su idea, bien sea en un papel, lienzo, partitura o computador. 
 
Ahora, si se trata de una marca o patente de invención, su mecanismo de protección varía. La marca entendida como cualquier cosa capaz de identificar un producto o servicio de un empresario con valor comercial y la patente como un procedimiento o producto, no divulgado, capaz de resolver un problema técnico y reproducible industrialmente, son activos que bajo la legislación colombiana, para su protección, requieren de un registro previo, de lo contrario el derecho no existe y su vulneración se hace palpable. 
 
De modo que, si usted es un empresario propietario de un desarrollo innovador o de una marca en la cual ha venido invirtiendo tiempo, esfuerzo y dinero en su posicionamiento o comercialización, es hora de hacer un alto en el camino, buscar asesoría legal, y obtener la adecuada protección, antes de que su competencia lo haga por usted. En sus manos está la posibilidad de que su propiedad intelectual deje de ser un aspecto pasajero en su empresa y se convierta en activo más valioso y representativo de su negocio. 
 
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