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  • Andrea del Pilar Mancera

miércoles, 19 de diciembre de 2012

Son diez relatorías que serán enviadas a la Mesa de Diálogo que se realiza en La Habana.

1. Desarrollo agrario integral, ligado a políticas que replanteen el modelo de desarrollo actual. En ese sentido, miles de líderes sociales abogan por una economía participativa, en la que se respete el papel de campesino desde lo cultural, social, económico, político y jurídico.

2. Se busca una economía que, además, sea inclusiva de las comunidades indígenas y afrodescendientes. Las relatorías dejan ver el gran inconformismo que existe sobre la actuación de sectores como el ganadero y el de los monocultivos, y el manejo insostenible que dan a las tierras.

3. Poner límites a los latifundios, sobre todo a aquellos en los que las tierras con vocación agraria están siendo desaprovechadas con el único objeto del llamado “engorde” de lotes, que es generar rentabilidad monetaria sobre la productividad alimentaria o ecológica. En este apartado hay diversas propuestas, desde poner más impuestos a los grandes terratenientes, hasta establecer una cantidad máxima de hectáreas por propietarios.

4. Evitar que las tierras sean vendidas de forma masiva a compañías extranjeras, pues esto seguirá provocando desplazamientos de campesinos. Piden más apoyo estatal con la creación de subsidios o de créditos especiales para el sector rural, una caja de compensación para campesinos, infraestructura (carreteras, sistemas de riego, obras de estabilización o reubicación de familias en zonas de riesgo, entre otras).

5. La mirada del desarrollo del campo debe ser multimodal. Esto significa que haya una mejor articulación y cooperación entre los pequeños, medianos y grandes productores del campo.

6.La educación debe ser parte fundamental del desarrollo rural, con la creación de programas más pertinentes y más cercanos a la vocación agraria.

7.Frente al TLC, las voces son variadas: están quienes consideran que se debe echar para atrás la apertura de fronteras comerciales; otros piden una veeduría permanente a los acuerdos para garantizar que el campo no se afecte por la imposición de productos extranjeros.

8.Garantizar la seguridad y soberanía alimentaria. La opinión conjunta es que Colombia está en la posibilidad de producir sus propios alimentos siempre y cuando los gobernantes entiendan que la vocación del país es más agraria que minera.

9. Las propuestas en este tema van desde redefinir la política minero-energética, reformar el código minero, crear impuestos mucho más altos a las compañías mineras, sacar la minería de las tierras con jurisdicción especial (parques nacionales, reservas indígenas y afro, cuencas hidrográficas, entre otras).

10.Eedefinir los planes de desarrollo territorial, para que estos respondan a un enfoque más humano que simplemente de territorio. También, y principalmente, iniciar una reforma agraria integral.

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