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  • Paulo Andrés Durán G.

jueves, 28 de enero de 2016

Fue esta firma la que elaboró la estructura de financiamiento del proyecto, en el cual se estimaba el requerimiento de deuda en US$2,3 billones; por tres años (2006-2009) fue el principal accionista de Reficar S.A (51% de las acciones); y además contrató los servicios de CB&I, por medio de sus filiales, para la ampliación del proyecto según muestra el informe de la Contraloría General y revisado por el delegado de Minas y Energía, Ricardo Rodríguez Yee.

La compañía suiza se adjudicó el Plan Maestro de Desarrollo de Cartagena, en 2006,  tras darle a Ecopetrol US$630,7 millones; ganándole así, la puja a Petrobras, firma extranjera que también quería ser el actor privado y principal del proyecto.

Así las cosas, nace la sociedad anónima Refinería de Cartagena S.A., en la que Glencore tenía  51% de las acciones y Ecopetrol 49% restante. Entre las principales tareas a desarrollar Glencore como empresa al mando del proyecto; estaba la contratación de la ingeniería, compras y construcción del proyecto (EPC), de acuerdo con el informe de la Contraloría.

Por eso, Glencore, junto con Reficar contrataron los servicios de CB&I y filiales por medio de contratos EPC, que en pesos alcanzaron los $6,5 billones y en dólares, US$ 953 millones. Los inconvenientes entre la suiza y Ecopetrol surgieron cuando empezó a haber déficit de caja. En una junta directiva ordinaria se plantea un déficit de caja por US$637 millones, en marzo de 2009, por  lo que, la Junta autorizó el incremento de US$ 150 millones a US$240 millones de los créditos con entidades financieras y de US$ 110 millones a US$120 millones de ventas anticipadas a Glencore, entre otras.

Tras los hechos y la inconformidad con la ejecución del proyecto; Glencore le manifiesta a Ecopetrol que quiere salir del proyecto, por medio de unos comunicados con fecha a 10 de diciembre de 2008 y 13 de enero de 2009, en los que argumenta “las dificultades insuperables para obtener la financiación requerida...”. Tras analizar el caso, la Junta Directiva de Ecopetrol, autorizó la salida de Glencore del proyecto, fundamentada “en que la firma no se comprometió a seguir adelante con el proyecto antes de 31 de marzo de 2010 y no consideraban factible permanecer como socio financiero minoritario”.

Para la estatal, “no era propicia ya que su experticia no correspondía a la necesaria para ejecutar un proyecto de estas características en un sector especializado”. Así las cosas, Glencore salió del proyecto sin responder por el cierre financiero ni la consecución de recursos. Para Julio José Orozco, abogado de Orozco Legal & Co. “Ecopetrol, tras la salida de Glencore se quedó con CB&I para desatorar y seguir con el proyecto de ampliación sabiendo el enorme error a futuro”. Lo que terminó con un costo por la ampliación de más de US$8.000 millones. 

Recompra
Tras la salida de Glencore, en mayo de 2009, Ecopetrol hace una recompra de acciones por un valor de US$549 millones. 

Quedando Andean Chimical (filial de Ecopetrol) con 50,99% de las acciones y la petrolera estatal con 49,01% restante.
Así mismo, el contrato EPC que había suscrito Glencore con CB&I y sus filiales se traspasa a Ecopetrol quien debe seguir con los lineamientos establecidos por las partes. Así es Ecopetrol la que queda a cargo del proyecto y de sus deudas.

La opinión

Julio Orozco
OROZCO Legal & Co

“Ecopetrol, tras la salida  Glencore, se quedó con CB&I para desatorar y seguir con el proyecto sabiendo del enorme error a futuro, pues ese tipo de pactos suelen transformarse en un barril sin fondo”.

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