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lunes, 5 de marzo de 2012

Así lo indica en una función de advertencia que le envió la contralora General de la Nación, Sandra Morelli, a Ecopetrol, en la cual le reitera a la petrolera que la tragedia, que dejó un saldo de 33 víctimas fatales, no fue una consecuencia de la ola invernal y ni de válvulas ilegales, sino de una omisión en el oportuno mantenimiento del poliducto.

Este concepto coincide con el de la Corporación Autónoma Regional de Risaralda (Carder), que descartó la posibilidad de que la explosión se haya presentado por un desprendimiento de tierra por la ola invernal, como en su momento lo dijo Ecopetrol.

“No se evidencian desplazamientos súbitos recientes que se puedan relacionar con el origen del evento. Se identifican condiciones de saturación del subsuelo, y aportes procedentes del nivel freático (...) que sin embargo no explican ni evidencian factores contundentes de un proceso de inestabilidad en avance sobre la ladera involucrada”, señala el informe.

Ecopetrol argumentó en el Concejo de Dosquebradas, el pasado 12 de enero, que “la ruptura de la tubería fue generada por un movimiento de tierra, donde esta sufrió un ‘reptamiento’ (deslizamiento lento) que produjo una excesiva tensión sobre la tubería, la cual generó una tracción que superó el límite de 42000 PSI para las cuales está diseñado el tubo”.

En contra de Ecopetrol caminan una serie de demandas de quienes perdieron familiares, viviendas y demás afectados por la tragedia que sucedió el 23 de diciembre pasado en la madrugada, mientras la mayoría de los habitantes del barrio Villa Carola, el más afectado, dormían.
 

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