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  • Nicolás Cure

miércoles, 24 de abril de 2013

GLP es el nombre genérico para las mezclas de hidrocarburos que cambian de estado gaseoso a líquido cuando se comprimen a una presión moderada o por enfriamiento, y que pueden ser utilizadas como combustible en vehículos automotor.

Este combustible, también conocido como Autogas, es considerado alternativo, dadas las ventajas ambientales y económicas que ofrece, pero actualmente su uso está prohibido en Colombia.
 
Desde la expedición de la Ley 689 de 2001, el Ministerio de Minas y Energía no ha permitido el uso del Autogas como combustible para vehículos automotores, y la conversión de vehículos para que funcionen con GLP es una actividad que solo se autoriza, por vía de excepción, a empresas distribuidoras de GLP para consumo interno operativo de los vehículos destinados exclusivamente al reparto de gas. Sin embargo, al analizar el artículo 22, encontramos que realmente no existe una prohibición expresa para el uso del GLP como carburante, toda vez que se establece la autorización mencionada.
 
En adición a lo anterior, el Ministerio ha argumentado que la prohibición de estos usos está fundamentada en que el GLP en vehículos automotores origina un grave riesgo de seguridad para sus propietarios y para la población en general.
 
Partiendo de esta percepción, en Colombia el mercado de combustibles alternativos para vehículos automotores se ha enfocado principalmente en el desarrollo del gas natural y de biocombustibles. Por este motivo, se ha dejado de lado el uso del Autogas, hecho que ha generado que el mercado nacional de combustibles alternativos para automotores difiera considerablemente de varios mercados internacionales.
 
Cuando se analizan los mercados internacionales, se encuentra que el Autogas es un combustible alternativo líder en todo el mundo, después de los biocombustibles y previo al gas natural, y que la flota mundial de vehículos de Autogas se ha más que duplicado desde el 2000.
 
En diferentes países existen vehículos para Autogas convertidos (igual que la conversión de vehículos a gas natural) y vehículos fabricados para Autogas desde las plantas de ensamble. Incluso compañías especializadas venden kits para la conversión de vehículos a Autogas, como Landi Renzo en Italia, Prins en Europa y Roush Clean Tech & Clean Fuel en E.U. Estas dan fe de que su uso es seguro.
 
Adicionalmente, este combustible trae beneficios medioambientales si tenemos en cuenta que las emisiones de Autogas son generalmente inferiores a las de gasolina y diesel, específicamente en material particulado (soot) y en NOx. Teniendo en cuenta lo anterior, es posible abrir el debate o cuestionar los fundamentos que originan la restricción actual en el uso del Autogas, con el objetivo de lograr un mercado de combustibles para automotores con más alternativas, y obtener así mayores ventajas operativas y económicas para el transporte en Colombia.
 
Así las cosas, se puede concluir que la prohibición proviene más de una interpretación que realiza el Ministerio, fundamentada en que el uso de GLP en vehículos automotores origina un grave riesgo de seguridad. No obstante, teniendo en cuenta la experiencia de los mercados internacionales, existen razones suficientes para aseverar que este argumento del Ministerio puede debatirse abiertamente, ya que el uso del Autogas realmente no genera un riesgo mayor de seguridad para los propietarios de los vehículos, y que su utilización es masiva a nivel mundial.
 
Por ello, el Ministerio debe considerar que, dadas las experiencias de los mercados internacionales y las modificaciones regulatorias realizadas por la CREG en el mercado del GLP, existen motivos claros para el levantamiento de esta restricción, y crear así un nuevo mercado y una oportunidad de negocio para las empresas que hacen parte de esta cadena.
 
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