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lunes, 27 de agosto de 2012

Sí, efectivamente el Sr. Fiscal General de la Nación tenia la razón, el país se estremeció; decía el Dr. Montealegre en el Editorial de otro medio impreso, que Colombia iba a temblar con las decisiones que se anunciarían por parte de la Fiscalía en los próximos días, y sí, no lo puedo negar, las mismas me hicieron reflexionar sobre nuestra sociedad, pensando que si lo afirmado por la Fiscalía en su momento era cierto, habíamos tocado fondo criminal.

Evidentemente la noticia trajo voces de solidaridad y rechazo, pero lo estremecedor es como con tan poca vergüenza se sale a decir oops se me chispotío, me equivoque; este hecho del ex diputado Sigifredo López, visible por la calidad del investigado debe ser la punta de laza para que analicemos la génesis del problema en el sistema penal acusatorio y su más que anunciada crisis.

Uno de los problemas en la Fiscalía no solo es el excesivo uso y abuso de la prueba testimonial, sino la falta de rigor metodológico en ir más allá de lo evidente, en poner a contra luz las versiones recibidas; con el fin de tener seguridad que lo dicho por el “testigo” es cierto e irrefutable

Pero el uso de este método probatorio, mezclado con mediocridad ha traído consigo una bola de nieve de errores que marcan injusticias e indemnizaciones millonarias, que no son conocidas en el país por no ser “Sigifredos” los implicados; pero Señoras y Señores esto es el pan de cada día en la vida de un abogado litigante; desde luego hay que reconocer que no todo es malo, así como hay funcionarios que con esas erróneas decisiones buscan ser protagonistas y escalar en la estructura de la entidad, también se tienen excelentes operadores jurídicos que con su callado trabajo tratan de reivindicar a la Entidad.

Es evidente que la Fiscalía requiere un cambio estructural y no de dientes para afuera, NO, se requiere que haya un remesón gigante de Fiscales e investigadores que no tienen la capacidad intelectual, el rigor metodológico del sistema de investigación forense y mucho menos la vocación de servicio que se requiere para ser servidor público, ya que en la mayoría de los casos se es funcionario por obligación y no por elección; por esa razón se debe buscar el salvavidas en las nuevas generaciones, esas mismas que han nacido con el sistema y no que sobre la marcha lo “aprendieron”; pero no debemos olvidar que se esta en deuda al no profesionalizar la actividad de los investigadores, no para que se les exija un diploma universitario, que salvo algunas ramas de la investigación forense es requisito esencial, en esta actividad lo que más riqueza da es la calle; así que entendamos de una vez por todas que son la esencia del proceso penal, pero en muchas ocasiones se les mira por parte de otros intervinientes en el proceso con desmerito, como si su labor fuera la de un mandadero.

Pero como dice un gran amigo, “es fácil hacer la alineación después del partido”, así que respetado Dr. Montealegre, lo importante en este momento coyuntural no es destacarse por estremecer al país con decisiones, sino por ser un reformista y no un conformista, permitir que desde Usted, hasta el menor de los cargos en la Entidad NUNCA se despojen de su carácter de juristas al firmar la resolución de nombramiento, de esa manera trataremos de evitar que un sistema hoy disfuncional colapse, que sigamos y lo incluyo a Usted, pagando vía tributo los errores de los funcionarios, así que solo me resta decir que: confió en Usted para esta labor.
 

Guillermo Cáez Gómez

Socio Cáez & Cruz Abogados

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