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  • Colprensa

lunes, 29 de octubre de 2012

Hace quince años la Corte Constitucional partió en dos la historia de la eutanasia en Colombia, al declarar exequible el artículo 326 del antiguo Código Penal que tipificaba el delito de homicidio por piedad, y exhortó al Congreso para que regulara el tema en el menor tiempo posible.

Hoy la iniciativa, para reglamentar el tema de la eutanasia y el suicidio, del senador Armando Benedetti ya pasó su prueba inicial en la Comisión Primera del Senado, al ser aprobado en un debate acalorado, con 10 votos a favor y cuatro en contra.

A la iniciativa le falta un debate más en plenaria del Senado y dos en Cámara de Representantes, donde medirán fuerzas los que apoyan la reglamentación de la eutanasia y los que han dejado claro que hacerlo es una clara violación al derecho a la vida.

Lo claro es que el tema divide opiniones y su reglamentación no será fácil, porque toca un tema sensible para los adeptos de la iglesia católica y los seguidores de la Biblia cristiana, que consideran intocable la vida y no conciben la terminación de la misma por manos humanas.

Precisamente, los primeros detractores de la iniciativa han sido los representantes de la iglesia católica en Colombia. El secretario de la Conferencia Episcopal, monseñor José Daniel Falla, es radical al afirmar que “la vida no nos pertenece, y no podemos tocarla, ni desde el principio ni al final de la existencia, eso le corresponde a Dios”.

Esa misma postura la comparte el senador Carlos Baena,  Presidente del partido Mira y quien predica las creencias cristianas. El argumento de Baena es que las personas con cualquier tipo de enfermedad tienen derecho a vivir, y que la responsabilidad del Estado es garantizarle las ayudas necesarias. “No podemos optar por la más fácil: dejarlo morir”.

En el otro lado del debate están los pacientes y médicos que desde hace años esperaban que se reglamentara la eutanasia, para que deje de ser un procedimiento que se realiza de forma clandestina, porque además de ser ilegal es considerado inmoral. En Colombia el doctor Juan Mendoza Vega, lidera la fundación Pro Derecho a Morir Dignamente, que desde hace 30 años promueve la legalización y reglamentación de la eutanasia.

Según Mendoza es a penas justo que tras 15 años de lo exigido por la Corte Constitucional se esté reglamentando el tema. Mendoza es claro en que las posturas religiosas las respeta y no las discute, pero que sí es necesaria una reglamentación porque la falta de la misma ha propiciado que los médicos se sientan obligados a mantener al paciente, aunque no lo pueden librar de su sufrimiento y pese a que ellos mismos manifiesten su deseo de morir dignamente.

En la mitad de la discusión están los médicos, que tendrán la responsabilidad de conocer la ley, para aplicar la eutanasia acorde con los procedimientos debidos o para negarse a hacerlo en caso de tener objeción de conciencia. El presidente de la Academia Nacional de Medicina, Fernando Sánchez, prefirió no pronunciarse frente al tema, porque según él, no han sido consultados, y prefiere esperar a que avance la iniciativa.

El que sí se pronunció fue el presidente del Colegio Médico Colombiano, Roberto Vaquero, quien confesó que aunque no aplicaría sí considera necesaria la reglamentación.
 

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