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lunes, 13 de enero de 2014

La oficina de Madrid del bufete Molins & Silva está casi escondida en una calle cercana al Tribunal Supremo.

No hay ningún cartel en el exterior de un edificio de viviendas. Sólo una pequeña placa en el interior del portal indica donde se encuentra la mesa de trabajo del catedrático Jesús María Silva, el abogado que lleva el peso de la defensa de la Infanta Cristina, junto a Miquel Roca, en el caso Nòos.

La discreción ha sido una máxima de este bufete, que cree que en asuntos penales más que en otra especialidad jurídica, los clientes aprecian ese perfil bajo en su exposición pública. Sin embargo, dos clientes fundamentalmente han hecho salir a esta firma de ese anonimato más o menos deseado, además de su asociación con la firma Roca Junyent: la defensa de Fèlix Millet en el caso Palau, también conocido como el saqueo del Palau de la Música Catalana y la reciente defensa de la segunda hija del Rey, Cristina de Borbón.

El ejemplo es aún más pronunciado con el bufete barcelonés Bruguera, García-Bragado, Molinero y Asociados, una firma casi desconocida en el sector legal español a pesar de sus años de existencia y que sigue la tradición jurídica de un bufete fundado en 1898. Sin embargo, la defensa de Iñaki Urdangarin por uno de sus abogados, Mario Pascual, le ha situado de inmediato en la primera línea informativa.

No son los únicos casos. En junio de 2013, el futbolista internacional del F.C. Barcelona, Lionel Messi era acusado de haber defraudado más de US$5,4 millones a Hacienda y sus abogados salieron rápidamente a defender su inocencia. Pertenecían a Juárez Veciana, un despacho casi invisible que pocos conocían pese a sus dos décadas de existencia.

Les ha ocurrido también a la boutique Miguel Bajo & Alfonso Trallero en la defensa de Luis Bárcenas; al despacho sevillano Montero Aramburu con el caso de Marta del Castillo; al bufete familiar de Javier Boix, defensor de Francisco Camps, en el caso de los trajes; al letrado penalista Miguel Ángel Galán en su defensa de Isabel Pantoja; o Cortés Abogados, del exdirectivo de Prisa, Matías Cortés, que tras ser conocido en los noventa por el caso Banesto, ahora ha vuelto a la actualidad al defender al financiero Javier Martín Artajo, exdirectivo del banco JP Morgan, ante la justicia de Estados Unidos.

Positivo o negativo
Todos emergen como abogados por unos clientes muy populares o casos que están a diario en los medios de comunicación. Pero, ¿les beneficia o perjudica esta exposición a la opinión pública?

Carmen Basagoiti, socia de la agencia de comunicación Kreab Gavin Anderson, cree que “en un principio puede beneficiar porque pone en el escaparate al despacho, y le acerca a potenciales clientes que antes no sabían de su existencia, sin embargo, es una información que no se puede controlar y que no está dentro de la estrategia marcada por la firma, con lo que puede no resultar tan positivivo como puede parecer”.

Para Lidia Zommer, socia de la consultora de márketing para abogados Mirada 360º, “si beneficia o perjudica al despacho esta exposición depende de su posicionamiento, porque en temas penales es más probable que futuros clientes quieran ser defendidos por abogados conocidos y que su experiencia en casos similares sea bien visible, pero por ejemplo en casos fiscales o de gestión de grandes patrimonios, los clientes suelen huir de letrados y despachos mediáticos porque buscan confidencialidad absoluta. Además, añade Zommer, “si el despacho se lanza a hablar con la prensa sin estar preparado para ello, puede cometer errores importantes”.

Iñaki Urdangarin
El bufete Bruguera, García-Bragado, Molinero y Asociados es una firma jurídica multisdisciplinar con sede en Barcelona y una treintena de abogados. Pero a pesar de su tamaño y su larga trayectoria, hasta hace poco tiempo era una firma con una escasa proyección pública y nula presencia en los medios de comunicación. Pero la elección de uno de sus abogados, Mario Pascual Vives, como el defensor de Iñaki Urdangarín, duque de Palma, como imputado en el ‘caso Nóos’, ha situado de inmediato a la firma en la primera línea informativa sin pretenderlo.

Infanta Cristina
Molins & Silva es una ‘boutique’ penalista con dos socios de gran prestigio, Pablo Molins y Jesús Silva en Barcelona. A excepción de su presencia en medios a raíz del caso Millet en Cataluña, la firma siempre ha preferido una escasa proyección pública. Sin embargo, a principios de 2013, tras un acuerdo con el bufete Roca Junyent para asesorar todos los asuntos penales de la firma fundada por Miquel Roca, el bufete ha asumido el encargo de defender, junto al propio Roca, a la Infanta Cristina en el caso Nòos, situando a la firma y a Silva en el candelero.

Lionel Messi
El bufete Juárez Veciana, experto en temas fiscales y gestión de patrimonios, era un completo desconocido para la opinión pública y los medios de comunicación hasta que en junio de 2013 se imputara al futbolista del F.C. Barcelona por presunto fraude fiscal. El salto a la fama de la firma fue notorio cuando el día que uno de los abogados de la firma, Cristóbal Martell, salía de otro juicio en la Audiencia de Baleares, fue abordado por decenas de cámaras y micrófonos que le preguntaban con insistencia por el astro argentino.

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