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  • Julián Puentes Villanueva

viernes, 23 de octubre de 2015

Sin embargo, para Elmer Montaña, abogado y director ejecutivo de la Fundación Defensa de Inocentes, el problema más grave que tiene está ciudad es en materia de seguridad. “Cali como todas las ciudades del país ha tenido una disminución en los índices de homicidios, pero eso hace parte más de una estrategia a nivel nacional como compromiso del Gobierno en su lucha en contra de las bandas organizadas y eso ha tenido alguna repercusión en Cali”.

Según el más reciente Informe de Calidad de Vida en Cali, presentado por la Cámara de Comercio de Cali, la Fundación Alvaralice, la Universidad Autónoma de Occidente, la Cámara de Comercio de Bogotá, entre otros, los esfuerzos en la actual Administración por disminuir los homicidios han tenido lugar desde distintos frentes operativos, como el desarme, el toque de queda, la vigilancia por cuadrantes, el apoyo del ejército y unidades especiales de inteligencia de Policía.

Esto queda evidenciado al revisar el informe, el cual revela que el aumento del pie de fuerza aumentó de 242 a 279 policías por 100.000 habitantes; la inversión en seguridad creció al pasar de $15.000 a $21.000 por persona; igualmente se adelantaron programas preventivos como el toque de queda, o el Plan Desarme que contribuyeron a la reducción en los índices de criminalidad, entre otros.

No obstante, una vez más Montaña deja en claro su desacuerdo al sostener que en lo que respecta a la ciudad, “el alcalde no ha podido con los problemas graves que han originado la violencia, como el contrabando, el tráfico de armas de fuego, el tráfico de estupefacientes, las estructuras criminales que se han enquistado en diferentes aspectos de la vida social y la extorsión”.

“El problema de seguridad de Cali consiste en las bandas criminales, y este problema no fue abordado por el Mandatario y solo aplicó paños de agua tibia y por el contrario está reclamando reconocimientos por lo que es más  una política de carácter nacional en la persecución de estas bandas desde Bogotá”, concluyó el litigante.

Bajo este panorama, lo que le queda al próximo gobernante de la ‘sucursal del cielo’ es combatir de frente el fenómeno de la delincuencia organizada en Cali como parte de una política de Estado, así como un mayor liderazgo del Gobierno local para erradicar las diferentes estructuras criminales.

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