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sábado, 26 de mayo de 2012

De una visión unidimensional y puramente militar de la defensa nacional se produce en el tránsito a una nueva concepción de soberanía relativa o modal, en nuevos espacios de influencias o de dominio terrestre, marítimo y aeroespaciales, como es en lo político, económico, sociocultural y tecnológico, planteándose una nueva visión multidimensional de la defensa y la seguridad de los estados, y adoptando una nueva postura transaccional, influenciada por la acelerada globalización del planeta.

Traigo a cuenta este tema, pues en estos días Unasur presentó su informe sobre el gasto militar en Latinoamérica y con ello se estableció de verdad quiénes son los países que más 'invierten' en armas en nuestro continente.

Esto redunda también en un aumento de la seguridad propia al reducir una de las fuentes principales de conflicto en las relaciones interestatales: La incertidumbre.

Lo que resulta concluyente en el informe y que era una 'verdad' que vendían los grandes medios de comunicación, era que Venezuela es el país que más dinero gastaba en armamento y cual fue la justificación de muchos países para hacer lo mismo.

Este mito cayó, como caen todas las mentiras.

Si observamos la estadística con base en el PIB, por presupuestos nacionales en el 2010, Ecuador fue el que más gastó para su defensa, seguido de Colombia, Surinam, Chile etc.

El resto destinó menos del 1% de su PIB, como es el caso de Venezuela.

Se debe anotar claramente que de acuerdo con Unasur el gasto regional promedio en los cuatro años abordados fue de US$67.4 y la cantidad de militares por cada mil habitantes es de tres efectivos.

El informe no incluyó cifras relacionadas con gastos de seguridad interior, como policía, en donde Colombia es primera en estos aspectos.

La 'inversión' de Colombia de US$17.000 millones en cuatro años en defensa, la segunda de Suramérica después de Brasil, esto obedece, dicen los analistas, al conflicto interno que enfrenta el país.

Con este dinero el presidente Santos solucionaría en buena parte el problema habitacional del país y muchos otros que nos acongojan.

Este registro Sudamericano ayuda a mitigar la desconfianza y las tensiones que todavía persisten en la subregión y a cimentar un sentido de comunidad en el que los países dice ARLENEB TICKNER, dejen de percibirse mutuamente como amenazas y comiencen a combatir problemas compartidos, como el crimen organizado de forma colectiva, formula que aplica sabiamente el presidente Juan Manuel Santos Calderón con Venezuela, que le ha permitido la captura de los capos más importantes de las bandas armadas que azotan nuestro país, opinar lo contrario, es seguir viendo la seguridad y la defensa a través del lente miope y torpe del pasado, que solo nos dejó conflictos y muertos.

En estos momentos de crisis, gastar en armamento es un pecado grave, puesto que esta situación de conflicto universal, es propia de un sistema que está pidiendo a gritos ser cambiado y que su lugar lo ocupe otro que no esté organizado en contra de la gente.

Afirmó en estos días el escritor Eduardo Galeano.

'Lo peor es que se está recompensando a los que iniciaron la crisis' y el armarse hasta los dientes no soluciona nada y solo aumenta la agonía de una sociedad que clama por cambios y prosperidad para todos.

Jaime Ardila

Auditor General de La República

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