• Teresita Celis

miércoles, 21 de octubre de 2015

Los intereses de compra entre compañías y tomas de controles son jugadas recurrentes en mercados vivos y dinámicos como el colombiano, en el cual el empresariado ha tomado fuerza y busca crecer en mercados.

Por año, en la SIC se presentan unas 150 solicitudes de integraciones empresariales, de las cuales alrededor de 100 son notificaciones y las 50 restantes pre-evaluaciones.

Esto significa, explica la coordinadora del Grupo de Integraciones Empresariales de la entidad, Liliana Cruz Pinzón, que las primeras, es decir las 100, son autorizadas automáticamente, lo que significa que no hay que someterlas a una revisión y estudio profundo. 

De este tipo, por mes en promedio, se aprueban unas nueve integraciones. “Son transacciones que se realizan entre agentes que tienen menos de 20% del mercado. Si son competidores la suma de todos en participación debe ser inferior a ese porcentaje en cada uno de los mercados involucrados para que la integración se dé por notificación. Obviamente eso se debe acreditar, mostrar las pruebas; la SIC revisa que los documentos sean ciertos y en menos de 10 días hábiles se da vía libre”, sostiene. Las otras 50, que van por pre-evaluación, sí entran a estudio y a evaluaciones porque ahí ya se supera el umbral establecido del 20%.

 Lo que busca, dice Cruz Pinzón, es evitar concentraciones de poder económico en el mercado que resultan peligrosas para el consumidor porque desequilibran la competencia y dan paso a las distorsiones, entre ellas, una posible posición dominante o un riesgo de coordinación entre las empresas resultantes tras la transacción.

En este grupo se puede dar una aprobación condicionada, que está sujeta al cumplimiento de obligaciones por parte de las compañías involucradas para mitigar los riesgos de restricción a la libre competencia u otro tipo de distorsión del mercado. “Las empresas se comprometan a cumplir ciertas obligaciones que deben identificar para aplicar remedios que lleven a eliminar el potencial efecto anticompetitivo de la integración”, agregó. En la decisión de condicionamiento, la SIC establece el esquema de seguimiento a esos compromisos. Si se comprueba incumplimiento se aplican sanciones económicas que son las mismas por violaciones al régimen de competencia. 

Entre las principales integraciones empresariales aprobadas con condiciones en 2014 y lo que va de 2015, aparecen Isagén-Argos y Éxito-Super Inter. Sin condicionamientos la Superintendencia le dio vía libre a Postobón-CCU en el sector cervecero y negó la solicitada por Terpel y Aviacom, que se encuentra en etapa de recurso de reposición.

“Al año menos de 1% se aprueban con condicionamiento y las no aprobadas, es decir, objetadas, son extrañas. Este año se dieron dos, pero hacía cinco que no había transacciones objetadas en su totalidad”, dijo. La SIC define una integración empresarial como toda transacción que implica adquisición, compra de activos y acciones y transferencia parcial o total del control de una empresa a otra.

 En este sentido, la entidad evalúa las integraciones entre competidores, que denomina horizontal y es la más común. Se da entre los competidores que pertenecen al mismo mercado. 

Otra es la vertical, definida como la integración realizada entre empresas ubicadas en diferentes eslabones de la cadena de valor. La tercera es la que se da por conglomerado, que en Colombia no está sujeta a control previo por parte de la SIC.

El exsuperintendente de Industria y Comercio Jairo Rubio señala que las integraciones por regla general son buenas para la economía porque generan sinergías. “Y eso es bueno para todo el mundo. Sin embargo, pueden restringir en forma indebida la libre competencia en perjuicio del consumidor y de la misma economía. Por ello, se hace el control previo a la integración, para evitar daños posteriores”, sostuvo.

La opinión

Liliana Cruz Pinzón
Grupo integ. empresariales SIC

“Se analiza que las posibles integraciones no generen restricciones a la libre competencia”.