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De un producto tradicional en el oriente de Bolivia como el cuñapé, cuya base es el queso, almidón de yuca y harinas de arroz y maíz, surgió una de las microempresas más mostradas en Santa Cruz de la Sierra.
La fundó Luz Marina Mercado, a quien se le ocurrió darle un oficio al queso que producía con su esposo en su hacienda y que le sobraba porque como ella sus vecinos también invadían el merado.
Le dio al cuñapé su fórmula personal y empezó a vender roscas crocantes en paquetes. De las ventas esporádicas y a conocidos, animada por sus hijos, pasó a un sitio fijo en Santa Cruz, donde hoy con su hija, Marina Suárez, quien lleva las riendas de la empresa, comercializa por día 1.00o paquetes entre cuñapé y otros productos.
En Cartagena otra microempresaria logró un negocio exitoso. Pertenece al sector de la marroquinería y tras introducir un proceso de innovación, le agregó al cuero joyería. El resultado: bolsos con incrustaciones de esmeraldas que exporta a no menos US$3.000.
Lo que tienen en común el cuñapé y los bolsos con esmeraldas es que lograron un proceso de internacionalización, que incluyó capacitación, asistencia técnica, mejoramiento de procesos productivos, de empaques, códigos de barras, registro de marcas, etiquetas; buenas prácticas, certificaciones y formalización entre otros, bajo el programa Al Invest IV.
Se trata de una iniciativa de cooperación apoyada por la Comisión Europea, que se inició en 2009 y que termina este año. Según dijo el representante de la Comisión Europea, Marc Litvine, no habrá una quinta versión. En total agrupó a 33 entidades entre europeas y de los países andinos, entre ellas Analdex, que lo lideró en el país, las cámaras de comercio de Cartagena, Bogotá y Bucaramanga y la Corporación Colombia Internacional. Su fin es apoyar la internacionalización de las pymes de América Latina, adoptando metodología y herramientas de asociatividad o núcleos por sectores, para lograr, por ejemplo, acceder a mercados como el europeo. “Internacionalización no es solo exportar, también es acceder a insumos intermedios más baratos por importación, a tecnologías, conocer los mercados, participar en ferias. Esas son herramientas que le quedan a las pymes del programa para lograr procesos más empresariales. Ellas tienen productos pero les falta un empujón y eso es lo que les dio el programa” , dijo el presidente de Analdex, Javier Díaz. En total, el programa tuvo una inversión de 13,7 millones de euros -80% lo aportó la UE- y una cobertura en la región de 23.810 pymes, de las cuales 6.438 consolidaron procesos de internacionalización. De éstas últimas 284 son colombianas. “Logramos buenas prácticas de manufacturas y hemos cambiando la visión del negocio. Nuestro objetivo es llegar con el cuñapé donde haya un boliviano en el mundo”, dijo Marina Suárez.
Pymes deben tener una política puntual
El ejecutivo de la Cámara de Industria, Comercio, Servicios y Turismo de Santa Cruz, Julio Silva, destaca, además del cumplimiento de las metas en más de 100%, que Al Invest IV, le dejó a las entidades la posibilidad de seguir dando apoyo a las pymes, porque quedó la metodología, y conocer de cerca la realidad de estas empresas. “Se tiende a hacer políticas macro, pero con estrategias puntuales se puede ser más efectivos”, dijo. En la región hay una iniciativa de presentar una propuesta a la UE para que se adopte un nuevo programa de cooperación.
Las opiniones
Javier Díaz
Presidente de Analdex
“Nos internacionalizamos porque hicimos una red en la región y la UE y eso permite dar apoyo a afiliados que quieran información de otros países”.
Julio Silva
Jefe Centro Boliviano de Competitividad-Cainco
“A las entidades que participamos nos quedó la posibilidad de seguir dando apoyo a las pymes, porque nos quedó el conocimiento”.
