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El ejercicio, que se llevó a cabo en 45 fincas de los municipios de Tibacuy, Pacho y San Juan de Rioseco, concluyó que los derrumbes ocasionados por el aumento en la intensidad de las lluvias ocasionan pérdidas de áreas productivas o generan taponamiento de vías, afectando de forma directa la comercialización del café.
Pero también se observa escasez y baja calidad del agua, así como la incapacidad de predecir las temporadas húmedas y secas para planear las labores del cultivo.
Piedad Zapata, docente de la Universidad Udca y coordinadora del informe, aseguró que aún hacen falta estudios que permitan cuantificar las pérdidas económicas generadas por la variabilidad climática en las zonas rurales.
Estos son los resultados preliminares de una investigación que inició en enero del año pasado y apenas va por la mitad. La universidad pretende, a través de ella, fortalecer la investigación en agroforestería tropical, al tratarse de un sistema más sostenible e ideal para el cambio climático.
“La caficultura en Cundinamarca está muy asociada con árboles, lo que es un rasgo distintivo del departamento. Queremos identificar fortalezas y debilidades porque eso se traduce en qué tan vulnerables y expuestos están los cultivos. Eso nos da línea para futuras acciones en aras de saber dónde intervenir y cómo contrarrestar el clima”, aseguró Zapata.
La segunda fase de la investigación consistirá en socializar los resultados y, dependiendo de los recursos, se ampliarían las acciones dándole continuidad a temas como identificación de plagas y enfermedades que predominan por las variaciones.
La Gobernación de Cundinamarca financió el ejercicio con $3.000 millones provenientes del Sistema General de Regalías con el objetivo de determinar qué tan vulnerable es la producción del grano ante los efectos negativos que causa el clima.
También los apoyaron en el proceso la Corporación Latinoamericana Misión Rural y la CAR Cundinamarca.
Advertencias de la investigación de la Udca
La investigación, hecha por la Universidad de Ciencias aplicadas y Ambientales, adviertió que si no se toman las medidas, se presentará una disminución drástica de la productividad y calidad del grano, lo que afectará a la economía y el sustento de más de 8.000 familias cafeteras que dependen de esta actividad en el departamento.
Las opiniones
Piedad Zapata
Docente de la Universidad Udca
“Queremos identificar fortalezas y debilidades porque eso se traduce en qué tan vulnerables y expuestos están los cultivos”.
