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Analistas 24/01/2018

Desempeño de la competitividad a nivel departamental en 2017

Sergio Clavijo
Prof. de la Universidad de los Andes

Siguen siendo preocupantes las notorias diferencias regionales, especialmente en las condiciones básicas

En el último reporte de competitividad del Foro Económico Mundial (FEM) de 2017-2018, Colombia obtuvo una calificación de 4,3 sobre un máximo de 7, al igual que el año anterior. Sin embargo, cayó cinco posiciones en el ranking, ubicándose en el puesto 66 entre 137 países.

Colombia cayó en nueve de los doce pilares del reporte. Por ejemplo, en el rubro de condiciones básicas ocupamos el puesto 90 (vs. 85 un año atrás), pese a recibir la misma calificación de 2016 (4,3/7). Al interior de dicho rubro fueron preocupantes: i) un ambiente macroeconómico débil, debido a elevados déficits gemelos (por encima de 3% del PIB); y ii) problemas de credibilidad de las instituciones, con casos de corrupción (en el sector justicia y de la infraestructura).

Además, en el rubro de eficiencia ocupamos el puesto 54 en 2017 (vs. 48 en 2016), a pesar de mantener la misma calificación de un año atrás (4,4/7). Allí preocupa sobre todo la mala calificación que obtuvimos en eficiencia del mercado laboral (4/7, posición 88), por cuenta del deterioro de la tasa de desempleo urbana. De igual forma, en los pilares de eficiencia del mercado de bienes y tamaño de mercado perdimos dos posiciones, quedando en los puestos 102 y 37, respectivamente.

Como buena noticia, el país ha experimentado algunas mejoras leves en los pilares de: i) salud y educación primaria (5,5/7, posición 88 en 2017 vs. 90 en 2016); ii) educación superior (4,5/7, posición 66 vs. 70); e iii) innovación (3.3/7, posición 73 vs. 79). Ahora bien, dado este panorama y considerando las persistentes diferencias que se observan a nivel regional en Colombia, resulta sustancial observar las diferencias en términos de competitividad a nivel departamental. Ello con el propósito de direccionar las políticas públicas para solucionar las falencias regionales. Para esto es clave analizar los resultados del “Índice Departamental de Competitividad” (IDC) de 2017, construido por el Consejo Privado de Competitividad y el Centro de Pensamiento en Estrategias Competitivas de la Universidad del Rosario.

De acuerdo con el IDC de 2017, Bogotá continuó liderando el ranking de competitividad, alcanzando una calificación de 8,2/10 en el índice general (ver cuadro adjunto). Además, obtuvo la mayor calificación en cada uno de los principales pilares que se incluyen en el IDC: i) condiciones básicas (7,4); ii) eficiencia (8,2); y iii) sofisticación e innovación (9,5), manteniendo una distancia considerable de las demás regiones del país.

Antioquia se mantiene en la segunda posición con un puntaje de 6,7/10. En particular, logró mantener su posición en los pilares de sofisticación e innovación (segundo lugar) y eficiencia (tercer lugar). Sin embargo, descendió hasta la tercera posición en el pilar de condiciones básicas. Aquí resultó determinante el deterioro en las calificaciones tanto para el pilar de instituciones (6,3 en 2017 vs. 7,3 de 2016) como el de educación básica y media.

Santander tuvo un mejor desempeño en 2017, escalando hasta el tercer lugar del ranking regional. Los pilares que mostraron un comportamiento más favorable en este departamento fueron: i) condiciones básicas (6,2/10), jalonado por un resultado satisfactorio en el subpilar de instituciones (5,4); y ii) sofisticación e innovación (5,7). El pilar de eficiencia se mantuvo en el cuarto puesto del ranking, a pesar de haber mejorado la calificación (6,3 en 2017 vs. 5,7 en 2016). En términos de las economías más representativas de Colombia, las calificaciones más bajas las obtuvieron Valle del Cauca (5,7/10), Cundinamarca (5,5/10) y Atlántico (5,5/10). En todos los casos, el peor desempeño se registró en el pilar de eficiencia (5,4, 5,2 y 5,3, respectivamente). En los tres, se debió a bajos niveles en el mercado financiero.

Por último, los menos competitivos del país fueron Chocó (2,6/10), Putumayo (2,8) y La Guajira (2,8). En los tres casos, los pilares más rezagados fueron: i) condiciones básicas, en donde se destacan las bajas calificaciones tanto en el pilar de instituciones como en el de infraestructura; y ii) eficiencia de la educación superior. Varios departamentos avanzaron en el ranking frente al año anterior, en total hubo seis ascensos. Norte de Santander (puesto 18 en 2016 al 13 en 2017) y Magdalena (22 al 18) son los que más subieron de posición. Le siguieron Bolívar, Risaralda, Santander y Atlántico. En contraste, nueve perdieron posiciones. Algunos de ellos fueron; Córdoba (puesto 17 en 2016 al 21 en 2017); Quindío (10 al 14); y Huila (14 al 16). En síntesis, el análisis de competitividad departamental muestra que, Bogotá y, en menor medida, Antioquia registraron una calificación satisfactoria, superando el puntaje obtenido por el país en el escalafón de competitividad global.

Sin embargo, son preocupantes las notorias diferencias regionales, especialmente en materia de condiciones básicas. Enhorabuena, Colombia entró en la era del posconflicto, que permitiría acceso hacia y desde regiones apartadas, así como mayores inversiones en vías secundarias-terciarias. Esto debería mejorar la comunicación interregional y ayudar a reducir la brecha entre regiones. En el mediano plazo, será tarea de la Administración 2018-2022 seguir impulsando políticas transversales en favor del desarrollo regional y de mejoramiento en la credibilidad de las instituciones territoriales.

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