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Analistas 26/06/2019

Vientos favorables

Santiago Castro Gómez
Expresidente de Asobancaria

En su más reciente reunión del 19 de junio de 2019, el Comité de Política Monetaria de la Reserva Federal (Fed) optó por mantener inalterada la tasa de interés en los Estados Unidos. El anuncio, dado a conocer por el presidente de la Fed, Jerome Powell, respondió a señales mixtas en los principales indicadores económicos del país, destacándose la estabilidad en el nivel de precios y la fortaleza del mercado laboral frente a las menores perspectivas de crecimiento económico y al escalamiento en las tensiones comerciales entre los Estados Unidos y China.

En su comunicado, la Fed afirmó que continuará haciendo seguimiento a la evolución de los mercados financieros y al comportamiento de la economía mundial. Además, sugirió que, dependiendo de estos resultados, podría realizar futuros recortes en la tasa de interés con el propósito de mantener la expansión de la economía estadounidense en el actual contexto de incertidumbre y moderado crecimiento global.

Este escenario representa importantes oportunidades para las economías emergentes como Colombia, ya que las menores probabilidades de una reducción del diferencial (spread) entre las tasas de interés locales y externas podría incrementar el apetito de los inversionistas extranjeros por los activos locales. Esta eventual afluencia de capitales hacia activos emergentes podría apreciar la divisa local, atenuando así los riesgos alcistas que recientemente parecían exacerbarse.

Esta situación, aunada a la postura de política monetaria del Banco de la República, que ha mantenido las tasas de interés en terreno expansivo, se espera que continúen impulsando la reactivación de los canales de inversión y el dinamismo del consumo privado. Cabe anotar que estas condiciones más acomodaticias frente a las inicialmente esperadas para 2019, contribuyen a mitigar las preocupaciones generadas tras la publicación de la cifra de crecimiento de la economía en el primer trimestre del año (2,8%), la cual fue inferior a lo esperado por el grueso del mercado (3,2%).

Así, a pesar de la existencia de factores que atenuarían estas promisorias perspectivas, como un mayor desbalance en el comercio exterior asociado a un incremento en las importaciones de bienes de consumo y un consecuente deterioro en la cuenta corriente, no podemos desconocer que las recientes decisiones de la Fed se constituyen en oxigeno que juega a favor de la dinámica local.

Sin embargo, es necesario hacer hincapié en que apenas hace unos meses los datos de la encuesta realizada a los analistas por el Comité Federal de Mercado Abierto de Estados Unidos evidenciaban una expectativa de entre dos y tres subidas en las tasas de interés, pronóstico completamente opuesto al actual, que descuenta por lo menos un recorte en las mismas. Este cambio en la postura de los analistas sobre el devenir de la economía estadounidense evidencia una amplia volatilidad e incertidumbre en el panorama económico mundial, lo que invita a recibir estos vientos favorables con prudencia.

El mensaje parece claro: si bien las perspectivas lucen positivas a nivel local, no podemos confiar en que se mantendrán así permanentemente, ni en que serán suficientes para garantizar, per sé, un mayor crecimiento y estabilidad en el corto plazo. Lo que significa que estos oxígenos transitorios nos deben servir para impulsar e implementar con celeridad las reformas y políticas económicas conducentes a incrementar la productividad y competitividad de nuestro aparato productivo.

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