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Analistas 06/09/2017

Una valiosa herramienta

Santiago Castro Gómez
Expresidente de Asobancaria

En momentos de mayúsculos desafíos en el devenir de la economía, el correcto engranaje entre la política pública y privada pasa necesariamente por generar instrumentos que permitan contrarrestar los distintos factores de letargo que limitan el crecimiento. En este sentido, los lineamientos del Gobierno Corporativo (GC) se constituyen como una valiosa herramienta para generar soluciones más expeditas a las grandes problemáticas que hoy padece Colombia.

En esencia, el GC contempla el conjunto de relaciones entre los grupos de interés de una organización, con las que se busca alinear los objetivos institucionales mediante acertadas acciones de control y supervisión.

En este escenario, la primera gran problemática que permite mitigar el GC es la corrupción. En efecto, el velar por una adecuada revelación de la información, estructurando un clima ético para el manejo de los conflictos de intereses, le resta oxígeno a conductas proclives a la corrupción. Este es un paso fundamental para robustecer la transparencia en el uso de los recursos y aumentar el blindaje de los intereses de los accionistas minoritarios o de los ciudadanos, un proceder que cobra más vigencia ante los bochornosos hechos que el país ha venido conociendo en torno a la corrupción.

La segunda gran problemática que el GC contribuye a diezmar es la ineficiencia institucional. En efecto, al establecer los objetivos e indicadores explícitos que evaluarán la gestión de una organización se supedita la continuidad de los administradores al cumplimiento de los mismos, dificultando notablemente el empleo hacia usos ineficientes de los recursos y configurando escenarios con mayores niveles de eficiencia.

La tripleta de soluciones que ofrece el GC se completa con la reducción de los obstáculos para el acceso al financiamiento formal toda vez que las organizaciones que implementan el GC cuentan con plena trazabilidad del nivel de cumplimiento de las metas de cada periodo. Lo anterior facilita enormemente la estimación de los riesgos y la capacidad de pago de las instituciones por parte de las entidades financieras y potenciales inversionistas, aumentando de manera notable el acceso al ecosistema financiero.

Por fortuna, Colombia ya ha dado pasos notables en la implementación del GC en su marco institucional tras más de dos décadas de desarrollo normativo. Sin embargo, el país se encuentra ahora frente al reto de hacer la transición entre la implementación y la apropiación de manera más plena.

Si bien a la fecha se registran avances en la apropiación del GC en las entidades que emiten títulos valores, así como en el nivel de rendición de cuentas de los gestores antes sus juntas directivas y en el robustecimiento de los estándares de contabilidad, el éxito de la apropiación a nivel país se gestará cuando i) su profundización se materialice de manera más homogénea en todos sus pilares entre las empresas que ya lo adoptaron, ii) se masifique en las pequeñas y medianas empresas y iii) se interiorice que la adopción del GC no es simplemente un requisito para ser un emisor de valores, sino toda una cultura organizacional para la sostenibilidad.

De la velocidad con la que el país transite hacia la apropiación del GC, dependerá no solo la capacidad de reducir los niveles de corrupción y de ineficiencia, sino la superación de los obstáculos en materia de financiamiento formal, elementos fundamentales para reactivar la economía y generar dinámicas de crecimiento más elevado, sostenible e incluyente.

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