Más digital

La semana pasada se realizó el lanzamiento de la nueva misión para el Desarrollo del Mercado de Capitales, una noticia que se recibe con beneplácito ya que después de más de 20 años de haberse concretado la primera misión, esta segunda versión se constituye en una valiosa oportunidad para avanzar más aceleradamente en la consecución de un mercado que revitalice decididamente la dinámica de crecimiento económico.

Una característica del mundo actual, que debe ser muy tenida en cuenta en el desarrollo de la nueva Misión, consiste en que la decisión de ser más digital garantiza más visibilidad e, incluso, el éxito dentro de mercados cada vez más competidos. No es un secreto que la economía digital, implementada adecuadamente y con conocimiento, es ahora un elemento crucial que viene potenciando la competitividad empresarial.

Si bien es cierto que hasta hace algunos años la digitalización a gran escala parecía una conjetura etérea sobre el futuro, ahora es una nueva realidad global que está configurando nuevos patrones de desarrollo económico y transformando la forma de concebir la sociedad. Hoy, en esencia, la economía digital se entiende como el conjunto de talentos, tecnologías y bienes intermedios digitales incorporados en cadenas de producción, tanto de bienes como de servicios.

Prácticamente, cualquier sector es susceptible de disrupción digital en cualquier escalón de su cadena productiva y, por supuesto, los mercados financieros a escala mundial no han sido ajenos a esta tendencia. Términos como blockchain, DLT, big bata, inteligencia artificial, robótica, internet de las cosas y cómputo en la nube están ganando cada vez más resonancia dentro de los retos de esta nueva era digital.

Las tendencias internacionales en este campo han llevado a que actividades como emisión, registro, negociación, compensación y verificación de operaciones con valores sean asumidas por la economía digital. Esto, sin duda, es el resultado de procesos de adaptación que se vienen requiriendo para que los mercados financieros estén en sintonía con los nuevos patrones de demanda. Este tipo de implementaciones y usos son consideraciones que no se pueden dejar de lado para el desarrollo del mercado local.

A pesar de que el mercado financiero colombiano ha logrado adoptar algunas herramientas tecnológicas como big data, robo-advisors y machine learning, la industria local deberá implementar y sacar provecho de todas las herramientas digitales que se han expandido en el mundo y que aún no han logrado un alcance significativo e integrado en el mercado local.

Una nueva hoja de ruta para un mercado de capitales local más digital permitirá acceder a alternativas interesantes que fortalezcan los atributos que ahora demandan los distintos actores involucrados en la emisión, estructuración, demanda y supervisión de títulos valores. Avanzar en estos frentes permitirá tener un mercado cada vez más profundo, con mayor fluidez, inmediatez y seguridad. Cerrar las brechas frente a nuestros pares regionales requerirá, de la mano del fortalecimiento de la ciberseguridad, tener en cuenta pilares de desarrollo como: (i) la inteligencia y automatización, (ii) el análisis de datos, (iii) la accesibilidad, (iv) la agilidad y resiliencia y (v) la simplicidad y homogeneidad, con el fin de garantizar una migración tecnológica que minimice riesgos.

Un mercado de capitales más digital, al final, mejorará la gestión de la incertidumbre, la adaptabilidad al cambio y la mayor canalización del ahorro en inversión productiva.