Inclusión financiera: hacia una adecuada regulación Sedpes

La Ley de Inclusión Financiera (Ley 1735 del 2014) recientemente aprobada por el Gobierno y bajo la cual se crean las Sociedades Especializadas en Depósitos y Pagos Electrónicos -Sedpes-, se constituye sin duda como un canal que ayudará a promover el acceso a servicios financieros transaccionales a un importante segmento de la población (que aún no cuenta con ningún producto financiero). Esta ley no sólo muestra un gran avance en el objetivo de reducir el uso del efectivo sino que permitirá dinamizar muchos de los esfuerzos que ha venido haciendo la Banca para que millones de colombianos tengan un mayor nivel de acceso a productos financieros a bajos costos. Las recientes mesas de trabajo convocadas por la Dirección de Regulación Financiera, en las cuales el Gobierno ha querido vincular a diversos actores para su discusión (Telcos, empresas de servicios públicos, entre otras), ha sido un aspecto novedoso y de allí que celebremos este ejercicio participativo previo a la elaboración de los borradores del decreto reglamentario. 

Sin embargo, y pese a que parece aún prematuro extraer conclusiones en ausencia de los borradores finales, la dinámica de la discusión permite avizorar cuáles serán los elementos sobre los cuales se centrará el debate, algunos de los cuales despiertan desde ya serias preocupaciones para el sistema financiero. La Banca, hay que decirlo, ve con buenos ojos la entrada de nuevos agentes al mercado financiero, pero también advierte sobre la importancia de que este proceso vaya de la mano con la preservación de la estabilidad del sistema y la protección del consumidor. Y para ello, creemos que son varios los aspectos que deberán ser cuidadosamente analizados. 

Por un lado, el gobierno ha propuesto crear nuevas categorías de depósitos electrónicos sin los topes en saldos y en transacciones que actualmente tienen las entidades bancarias que hoy ofrecen este producto.  Esta propuesta crearía un arbitraje regulatorio en contra de los productos ofrecidos por la banca y derivaría en riesgos para la estabilidad financiera y para el control del lavado de activos y de financiación al terrorismo. No debe olvidarse que el régimen simplificado de los Depósitos Electrónicos va de la mano de unos límites transaccionales claramente definidos.

De otro lado, el regulador ha propuesto que el canal de corresponsales para las nuevas sociedades esté montado bajo un esquema de cupo de crédito a través del cual estas sociedades podrían apalancar la operación de sus corresponsales. Sin embargo, el legislador prohibió expresamente a estas sociedades otorgar créditos en razón a que la actividad de colocación representa un riesgo mayor al que están en capacidad de asumir, lo que podría también exponer los recursos captados y la estabilidad del sistema. 

Adicionalmente, creemos que el Gobierno debe implementar una regulación prudencial y unos sistemas de riesgo muy acordes con las características y el objeto social de estas nuevas licencias, no sólo con el fin de brindar seguridad sino de asegurar la viabilidad del negocio. Para ello resultará necesario plantear una relación de patrimonio/depósitos que garantice el respaldo a los recursos captados. Si bien no existen mayores riesgos asociados a la colocación de crédito, las nuevas Sedpes sí afrontan importantes riesgos operativos en cuanto al manejo y custodia del efectivo. Y es que dado el bajo monto del capital inicial estipulado (cerca de US$2,5 millones frente a un capital mínimo de US$35 millones para entidades financieras) la necesidad de plantear una relación más consistente entre capital y montos totales de captación se hace imperativa.

Desde la Asociación Bancaria acompañamos al Gobierno Nacional en su labor de masificar la transaccionalidad electrónica en pro de dinamizar la inclusión financiera, pero reiteramos la importancia de que este proceso se realice a través de una adecuada regulación. La naturaleza de la implementación de la Ley debe continuar siendo aquella que refrenda su espíritu, que es llegar a la base de la pirámide.